La doctora Laura Flores, directora de Higiene y Salud Ocupacional de Sustancias Químicas de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), el mayor peligro está en la pintura que se descascara. En este estado, el producto puede lanzar polvillos que ingresan por las vías respiratorias y desde ahí van hasta la sangre, elevando los niveles de plomo en la sangre. El alerta no solo debe centrarse en las marcas de pinturas, sino también en los juguetes y otros productos que utilizan el plomo para resaltar el brillo y color.
Consecuencias. Según detalla Flores, de acuerdo al nivel de la sustancia en la sangre puede generar retrasos en el coeficiente intelectual, en niveles mayores puede afectar a la capacidad auditiva y al crecimiento de los pequeños. En el caso de los adultos, se presentan problemas cardiovasculares, renales y de motricidad.
La ingeniera agrónoma y representante de Alter Vida, Eve González, cuenta que un estudio realizado hace unos tres años a las marcas nacionales, señala que los niveles de plomo eran 1.800 más altos de los recomendados.
Resalta que aunque se ha reducido bastante –incluso hay una marca que ya fabrica una línea sin esta sustancia–, aún queda mucho por hacer. Cuenta que el amarillo, rojo y blanco son los colores que más contienen el metal y que se utilizan bastante en lugares donde hay niños.
Normativa. La doctora Flores señala que este año quieren presentar el proyecto de normativa ante el Parlamento. Explica que será necesario contar con un laboratorio que ayuda a realizar los análisis de los productos que se encuentran en el mercado. Señala también que, según estudios hechos en otros países, la normativa contribuye a que el Estado se ahorre 2.800 días de costo internación por causas derivadas por contaminación con el plomo.
Por su parte, la representante de Alter Vida menciona que la tarea involucra la participación de varios ministerios y del INTN.