Por Wilson Ferreira y Édgar Medina
MINGA GUAZÚ
En tres años de autogestión la comunidad de Codrami (Consejo de Desarrollo Rural de Agricultores Mingueros) instalado en una colonia del Indert, en una propiedad ubicada en el km 30, distrito de Minga Guazú, logró convertir a la piscicultura en un negocio rentable que genera G. 400 millones al año.
Sin ayuda oficial, sin asistencia técnica del Ministerio de Agricultura que tiene todo un programa para este tipo de iniciativa, ni de la Gobernación y la Comuna minguera, estos pequeños productores lograron salir adelante. Aprendiendo de programas agrícolas de la televisión y compartiendo experiencia de otros productores, lograron afianzar el rubro que ahora constituye uno de los principales productos de renta, seguido de la cría de cerdo, gallina, huerta y yerba mate.
Estos pobladores siempre fueron objeto de cuestionamiento de sectores políticos de Minga Guazú. Se los acusó de ser rebeldes, comunistas e incluso de ocultar a los buscados del EPP, empero nunca se pudo comprobar nada. De hecho, los integrantes de esta comunidad desmienten cualquier actividad al margen de la ley y con orgullo abrieron sus puertas a un equipo periodístico de Última Hora para conocer a la comunidad por dentro.
La cría de peces se inicio hace tres años con un estanque y hoy tienen 40. Cultivan alevines de bagre, carpa y tilapia que en su totalidad se comercializan en el mercado local. La comunidad está muy bien organizada. Están los que producen y cuidan de los peces y los que se encargan de la venta. La venta es directa, no hay intermediarios. Para la tarea disponen de una flota de 10 vehículos, equipados debidamente que se encarga de la venta en diferentes puntos del departamento. Tienen clientes seguros y un mercado amplio aún por satisfacer.
La capacidad productiva de Codrami, no tiene frenos y ahora apuntan a duplicar en el 2015 la cantidad de estanques; ahora la meta es facturar cerca de G. 800 millones al año. Están trabajando en la obtención de un crédito a largo plazo para a la compra de un frigorífico y una máquina retroexcavadora, que le permitirá reducir los costos para la habilitación de más piletas y realizan trabajos de mantenimiento a las actuales.
Si no logran el préstamo, apelarán a los recursos propios, conscientes de que por esta vía el proceso será más lento, pero afirman que no será un motivo para dejar de crecer y producir más.
Codrami, junto a las comunidades de Primera y Comuneros, están afincados en una propiedad de 400 hectáreas, que fuera expropiada al MAG a favor de los campesinos. El gobierno de Nicanor Duarte Frutos les construyó viviendas en el lugar y después nunca más recibieron asistencia oficial a excepción del Indert, al que atribuyen el desarrollo logrado en la comunidad.
Afables y con carácter bien definido, relatan que no tienen otra política que la del trabajo. Comentan que les llevó años sanear la comunidad de especuladores, a los que califican tienen el verdadero poder en el país con apoyo de políticos y autoridades. Recuerdan que muchos ingresaron a esas tierras como campesinos, pero con la intención de vender sus derecheras a grandes productores agrícolas, por lo que terminaron siendo expulsados.
Dicen que la “ayuda” del Gobierno se ha convertido en un gran negocio, porque se comprobó que muchos de los que reciben asistencia oficial, no tienen siquiera una planta de mandioca cultivada.