PILAR
Cada lluvia enciende las alarmas en los barrios de la capital del duodécimo departamento, en especial luego del mes de abril pasado por agua que tuvieron, con 500 mm de agua caída. La lluvia no dio tregua y ayer nuevamente generó complicaciones en casi toda la ciudad, tras la copiosa lluvia que cayó en todo el departamento, provocando anegamiento de calles y casa de varios barrios pilarenses.
Con este panorama no alentador, las familias afectadas hasta tuvieron que autoevacuarse porque el agua se filtraba rápidamente en sus precarias viviendas, en especial, las del barrio Ytororó, donde la situación es crítica.
Además, la situación climática adversa de nuevo provocó la inundación de muchas calles. Los canales de desagote del agua colapsaron por los 87 mm caídos solo ayer.
La impotencia y la desazón se apoderaron de las familias, que observan que sus pertenencias se pierden por las continuas lluvias. Ahora abogan una vez más a las autoridades responsables, para que encaren obras que puedan mitigar estos impactos de la naturaleza, y no tengan que sufrir con cada lluvia.
Suspensiones. Por las precipitaciones, la supervisión educativa del MEC suspendió las clases en las escuelas y colegios de todo el departamento, al igual que la Universidad de Pilar, que decidió suspender las actividades académicas.
Solo pasaron siete días de la última lluvia, y de nuevo todo el departamento se encuentra sumido en este trance; de hecho Ñeembucú se encuentra en emergencia.
La Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) asiste a las familias afectadas, alrededor de 5.900 en total, desde un amplio centro logístico montado en el aeropuerto de Pilar, donde se almacenan insumos y recursos. El objetivo es llegar a todas las familias damnificadas y asistirlos hasta que puedan recuperar sus pertenencias y cultivos.