El edil identifica en su presentación, derivada a la Intendencia para su consideración, a caleras, areneras y astilleros, sobre todo en el sector del Banco San Miguel, considerado un área silvestre protegida, donde existe un alto grado de polución.
Rodríguez señala que se debe tener en cuenta si estas firmas o las personas que explotan esos negocios tienen efectivamente permiso o habilitación para llevar adelante las tareas y, sobre todo, si las mismas toman los recaudos para no contaminar el cauce de nuestro principal afluente hídrico.
Resalta que aquellas que estén funcionando de manera irregular, necesariamente deberán ser suspendidas de manera inmediata por la institución municipal, por el impacto negativo que genera en el medioambiente ribereño.
A todo lo producido por estas caleras, astilleros y areneras se agregan las descargas de aguas negras que provienen de la red cloacal que atraviesa la capital.