En Brasil, Phelps completó su historial olímpico con una inalcanzable cifra de 28 preseas (23 de oro, 3 de plata y 2 de bronce). Seis de ellas las mordió en los últimos días en la ciudad carioca. Venció en 200 mariposa, 200 estilos y los relevos 4x100 y 4x200 libre y 4x100 estilos. Solo “falló” en la final de los 100 mariposa. Su admirador Joseph Schooling (Singapur) alcanzó la pared antes que él y le obligó a conformarse con el subcampeonato.
EL ADIÓS. “Ya estoy listo para retirarme”, había anunciado un día antes y lo hizo convertido en leyenda, minutos después de que el relevo femenino estadounidense dominara igualmente el 4x100 estilos. Esa medalla supuso el oro número 1.000 en la historia olímpica de Estados Unidos. La de Phelps, en consecuencia, fue la 1.001.
Los aficionados, sin embargo, reclamaron con pitos la presencia de Phelps. A él le tenían reservada la gran ovación de la noche del sábado. Emocionado siguió el nadador la ceremonia de entrega de su última medalla. Un oro para la historia de los Juegos Olímpicos.
Después se sucedieron los vítores, los aplausos, las fotos y el paseo con una gran bandera donde se leía: “Thank you, Rio!”.
“Gracias, Phelps”, le correspondió el olimpismo.