28 mar. 2024

Pese a discapacidad, diseña moto para seguir trabajando

Estacionamiento.  El vehículo armado por José Rodríguez, en pleno centro de Encarnación.

Estacionamiento. El vehículo armado por José Rodríguez, en pleno centro de Encarnación.

Por Raúl Cortese

ENCARNACIÓN

A José María Rodríguez, dos años atrás, cuando volvía de su trabajo en horas de la tarde, se le reventó la rueda delantera de la moto y cayó al suelo con el vehículo encima suyo, accidente que lo dejó paralítico, sin poder volver a mover las piernas. Lejos de quedarse en su casa, postrado y sin hacer nada, empezó a ver la forma de poder trabajar y buscar su independencia. Pero para hacerlo tenía que movilizarse, trasladarse, y en forma independiente. Buscó la idea en internet, y una vez que logró asimilar el diseño de una moto, buscó quien pudiera llevar adelante su proyecto. “Encontré lo que necesitaba en un proyecto que desarrollaron en los Estados Unidos, y lo adapté a nuestra realidad y a los materiales con los cuales se cuentan en nuestro mercado”, explicó.

Utilizó una motoneta de 110 cc partida por la mitad. La primera se encuentra adelante y la segunda parte a uno de los costados, mientras que una tercera parte que utilizaron para armar el triciclo, lo hicieron con la horquilla de una segunda moto. Una vez formado el triciclo, se armó una plataforma, a la cual accede mediante una rampa que desciende y sube con un sistema de palancas que él mismo maneja. Los cambios de marcha los hace con una barra que pasa frente a sus manos y se encuentra conectada a la caja de velocidades, al igual que el embrague.

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Es muy amplia e inclusive un segundo pasajero puede llevar detrás suyo con gran comodidad, sentado en un asiento colocado sobre una de las ruedas traseras. Estaciona marcha atrás y su maniobrabilidad le permite hacerlo con suma facilidad, desciende con su propia silla de ruedas hacia atrás y cierra la compuerta, que segundos antes servía de rampa.

El triciclo estacionado queda con la rampa a la altura de la vereda y esto permite el descenso sin complicaciones.

Hoy José María se traslada desde su casa hasta los distintos sitios de la ciudad, en donde vende todos los días en horas de la tarde juegos de azar, mientras que a la mañana frente a su casa vende tereré. “No podía quedarme quieto en casa sin hacer nada, me resulta imposible tener esa actitud, espero que esto que construí sirva de ejemplo para otros que se encuentran en sus casas sin poder salir, o si lo hacen, dependen de otras personas”, explicó José María.

A simple vista es un modelo práctico y llamativo.