La misma comentó que desde hace bastante tiempo soporta esta peligrosa situación, la que se va agravando con el correr del tiempo, atendiendo a que el gran murallón va cediendo de manera lenta, pero progresiva.
Jiménez denunció el caso ante la Comuna capitalina, la cual consta en el expediente 1018/16, del Juzgado de Faltas del 14° Turno, donde el pedido se basa en una intervención de la institución municipal para regularizar los daños ocasionados.
“Ya tuvimos que abandonar las dos piezas que se agrietaron. El temor es que en cualquier momento se desplome todo y que quedemos aplastados”, apuntó.
Vecinos del lugar indicaron que el inmueble cuya muralla viene cayéndose habría sido entregado por sus propietarios a unos cuidadores, quienes habitan el sitio en condiciones precarias, sin energía eléctrica ni agua potable.
Puntualizaron que en esas condiciones se torna muy difícil que se pueda llegar a una salida favorable en el futuro inmediato.