Los guardias del Palacio reaccionaron inmediatamente, sorprendidos por la rápida aglutinación de los periodistas, y uno de los oficiales arrancó de las manos de dos periodistas los papeles con los rostros impresos de los asesinados.
El guardia destrozó las hojas que pudo arrancar de manos de los periodistas, pero al ver que estaba siendo filmado y fotografiado por los diferentes medios presentes se retiró a un costado, resignado.
La movilización fue convocada por la Coordinadora de Periodistas en Alerta y tomó de sorpresa a los custodios del Palacio de los López, que no supieron cómo reaccionar y finalmente se quedaron observando y controlando.
Pablo Medina y su asistente Antonia Almada fueron asesinados por sicarios de la mafia el pasado 16 de octubre en Villa Ygatimí, Canindeyú, y el principal sospechoso es el intendente de Ypejhú, el colorado Vilmar Acosta Marques.
Los periodistas que se manifestaron frente al Palacio no trasgredieron la Ley del Marchódromo por ajustarse a la excepción que establece el artículo 14 de la Ley 1066/97, que señala que se pueden reunir delegaciones gremiales menores a 50 personas.