Por Andrés Colmán Gutiérrez @andrescolman y Stefanie Céspedes @BetiStef
Cámara y edición: Fabián Fleitas @fabfleitas
"¡Ey, tengo en la punta de la lengua la respuesta a tus denuncias!”, le dijo con una sonrisa burlona el entonces rector de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Froilán Peralta, a la periodista Rossana Escobar, cuando ella lo buscó para contarle que estaba investigando el caso de su secretaria, Tatiana Coglolio, que cobraba como docente, y que deseaba conocer su versión, para incluirla en las publicaciones de ÚLTIMA HORA.
“Él se mostró muy seguro de que todo estaba cubierto legalmente con el artículo 48 del Estatuto de la UNA, que dice que el docente no se limita a trabajar en el aula, pero nosotros teníamos muchos datos que permitían desnudar lo que bautizamos como el esquema Froilán”, relata Rossana, quien junto con Iván Lisboa, el periodista que se sumó al equipo de investigación, participaron de una edición especial del programa “El Eco de la Noticia”, emitido en vivo por ÚLTIMAHORA.COM.
Resguardándose en el principio ético y constitucional que ampara la confidencialidad de las fuentes periodísticas, Rossana no da muchos detalles acerca de quiénes le proveyeron la pista inicial para llegar a detectar todos los parientes y personas cercanas que Froilán llegó a ubicar en cargos del Rectorado, pagándoles millonarios salarios con rubros docentes, a pesar de que no ejercían la docencia.
“Solo puedo decir que quien esta vez me proveyó la información fue un correcto caballero, que me acercó los primeros datos y documentos cuando aún estábamos publicando la investigación sobre el contralor (Óscar Velázquez, quien debió renunciar ante las denuncias de corrupción y está procesado junto con la subcontralora Nancy Torreblanca), y se mostraba muy impaciente por que empecemos a publicar”, relata Rossana.
La renuncia que intentó frustrar la publicación.
A pocas horas de que Rossana Escobar puso sobre aviso al rector de la UNA y a gente de su entorno de que iniciaría las publicaciones sobre el caso de la secretaria, le comunicaron que Tatiana Cogliolo había renunciado a su cargo.
“Ya renunció Tatiana, ya no tiene sentido publicar”, le dijeron. Pero el caso no desactivó la denuncia, solo hizo que se tenga que cambiar el título inicial del reportaje, por otro más actual.
“Secretaria de rector que fungía de profesora renuncia al ser investigada” decía el título del reportaje publicado en la página 25 de la edición de ÚH del martes 8 de setiembre, con el subtítulo “Festín de rubros docentes en la UNA”.
En el material se describía que la joven maestra parvularia percibía G. 5 millones por dos cátedras en la Facultad de Veterinaria (donde Froilán fue decano antes de ser rector), además de cobrar como asistente del rector casi G. 4 millones y recibir otros G. 4 millones de bonificación.
La edición del día siguiente, miércoles 9 de septiembre, incluyó dos páginas con más revelaciones: “Familiares de secretaria del rector cobran como profesoras fantasmas”.
El reporte relataba que Froilán, además de haber nombrado a su secretaria Tatiana como profesora de Veterinaria, también había dado rubros de docente a la mamá y una prima de esta, sin que las mismas tengan títulos universitarios.
El jueves 10 hubo más datos: “Rector nombró hasta a la hermanita colegiala de su secretaria en la UNA”.
Además, se publicó un reporte que causó mucha indignación: los representantes estudiantiles ante el Consejo Directivo de la UNA, Rodolfo Antonio Brassel y José Enrique Osorio, tras ser requeridos por los periodistas de ÚH decidieron llamarse a silencio. Ambos también habían sido denunciados por cobrar mensualmente millonarios rubros como docentes.
Desde entonces, día tras día el diario fue dando a conocer más y más detalles sobre el nivel de podredumbre en el Rectorado de la UNA, sin que en principio se produzcan muchas reacciones, ni de las instituciones encargadas de investigar y actuar, ni tampoco de docentes y alumnos.
Un trabajo de equipo
Cuando el caso empezó a tomar mayor notoriedad y las informaciones comenzaron a producirse con abundancia, el periodista Iván Lisboa se unió al equipo de investigación con Rossana, bajo la coordinación de la editora de la sección, Brigitte Colmán.
“A mí me tocó principalmente acompañar la movilización de los estudiantes, que en principio fue aún reducida. Ninguno de nosotros esperaba que esto cobre la dimensión que luego cobró, llegando a involucrar a toda la sociedad y a convertirse en el principal tema noticioso para todos los medios durante varias semanas”, destaca Iván.
Ambos periodistas destacan que si bien la mayor parte del trabajo investigativo estuvo a su cargo, pronto el tema fue asumido por muchos periodistas de las distintas secciones de ÚLTIMA HORA, además de colegas de otros medios de comunicación que fueron sumando más denuncias e informaciones.
“En este caso, como en la anterior investigación del caso del contralor y la subcontralora, se superó la supuesta competencia o rivalidad entre los medios y se asumió que es un tema que interesa a toda la sociedad. Es un paso muy positivo”, dice Rossana Escobar.
El desafío que deja esta experiencia es muy grande, coinciden los comunicadores. “Ahora hay una mayor valoración del periodismo de investigación y hay mucha expectativa acerca de cómo vamos a seguir trabajando. Por ahora les puedo decir que ya tenemos otros temas en agenda, hay muchas más denuncias que estamos investigando y hay más casos que saldrán a luz”, finalizó.
