En la última parada de su viaje por África y la más importante por la escalada de violencia interreligiosa que atraviesa el país, el Pontífice incidió en la urgencia de poner fin a un enfrentamiento por el que la propia presidenta de la nación, Catherine Samba-Panza, llegó a pedir perdón públicamente.
“Perdón por este descenso a los infiernos”, dijo la líder del Gobierno de transición en nombre de la clase dirigente y de todos los responsables del conflicto durante su recepción al Papa.
“Confieso todo el mal que se ha hecho aquí en el curso de la historia y pido perdón desde el fondo de mi corazón”, reiteró, animando a los ciudadanos a reconocer también sus faltas para obtener una bendición que “se transformará en un nuevo pavimento para la reconstrucción del país”. efe