El cardiodesfibrilador es lo único que le permite seguir funcionando a su corazón. Desde hace un año y seis meses, Jennifer está con tratamiento, pero su cuadro empeora cada día que pasa. El tiempo apremia y solo un trasplante de corazón le puede salvar la vida, señaló el doctor Pío Alfieri, director del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, al tiempo de instar a la donación. Sus padres, Jorge León y Virginia Aguilar, pidieron que si hay donantes, la familia autorice la donación.