“Creo que existen garantías para todos los ciudadanos, donde la política –que es propia de los países como Paraguay, que ejercitan la democracia plena– tiene estos momentos álgidos, pero no necesariamente tiene que afectar el desempeño de la gestión económica”, aclaró.
A su criterio, gracias a la gestión del Banco Central del Paraguay en materia de política monetaria, como en política cambiaria, hoy se goza de muchísima credibilidad, además de ser la banca matriz una institución muy independiente.
“Creo que seguiremos en eso; momentos políticos vamos a tener siempre, ahora es esta definición, el próximo año vamos a tener un calendario ya para elecciones generales, muy importante, pero nuestra responsabilidad es ejercitar una política fiscal responsable a largo plazo”, apuntó igualmente.
Según el funcionario, lo mismo está pasando en el campo fiscal, con el fortalecimiento institucional y una profesionalización de sus cuadros, “lo que permitió que haya un manejo serio, responsable y predecible sobre la gestión de las finanzas públicas; hay que entender que todos los años hay algún elemento político”, sostuvo.
Santiago Peña manifestó además que el año pasado le tocó sobrellevar un año también cargado con un calendario electoral, que fue la elección de las autoridades del partido de gobierno (ANR), lo que a su criterio fue una acción muy importante y que permitió también al ámbito del Ministerio de Hacienda mantener una política fiscal independiente, que vaya en beneficio de la ciudadanía.
Existen sectores que interpretan algunas jugadas oficiales como riesgosas, pero con el fin de imprimir en el imaginario colectivo una imagen gubernamental más cercana a la ciudadanía y los sectores populares.
Tales hechos se traducen en la reducción del precio del pasaje, la baja en los valores de los combustibles de Petropar, la irrupción en el mercado de garrafas a menor costo que los presentes en la competencia, lo que se interpreta como guiños netamente políticos y coyunturales para ganarse la estima de la población, pero que en realidad constituyen decisiones contrarias al normal desenvolvimiento del mercado local, según algunos sectores.