25 abr. 2024

Peluquerías de antaño: Un pasado que se resiste a morir

Asunción cambió y mucho. En aquella ciudad que crece vertiginosamente en medio de modernos salones de belleza, estilistas y esos raros peinados nuevos, sobrevive silencioso un pasado de brochas, navajas, tijeras, espuma de afeitar y talcos perfumados.

Don Martínez 3.jpg

Los peluqueros de barrio son parte de una tradición de la Asunción de antaño. | Foto: Miguel Houdin

Texto: Elías Piris | epiris@uhora.com.py

Fotos: Miguel Houdin

Décadas atrás eran amos y señores del cuidado capilar. Sus salones se erigían en puntos estratégicos del microcentro de la capital como auténticos templos de exclusiva concurrencia masculina.

Los años pasaron y los cambios no pidieron permiso y mucho menos tuvieron piedad con aquel tiempo pasado que para los nostálgicos siempre fue mejor. Los pequeños almacenes de barrio fueron borrados del mapa y cambiados por grandes supermercados. Las grandes salas de cine del centro cayeron derrotadas por la desidia y el séptimo arte se trasladó a modernos shoppings.

En ese combo de constantes cambios entraron las peluquerías de barrio. Así, el estilista fue ganando terreno a los imbatibles barberos, a quienes les tocó el triste papel de ser espectadores del auge de salones de belleza “unisex” que fueron expandiéndose por toda la ciudad, ganando particular fuerza en la década de 1980, para arrasar y consolidarse en la siguiente década hasta la actualidad.

Pero existen lugares en Asunción que permanecen impasibles al inexorable -y muchas veces cruel- paso del tiempo y se mantienen firmes encerrando historias y aquella inconfundible fragancia. A continuación presentamos algunos salones masculinos

Peluquería Ayala

En el punto neurálgico de la avenida Colón se encuentra una leyenda viva de los salones masculinos: La peluquería Ayala.

La tarde va cayendo y el tráfico es infernal. Bocinazos impacientes denotan el cada vez más acelerado ritmo de la madre de ciudades. Un movimiento que queda completamente anulado al traspasar la puerta e ingresar a ese lugar detenido en el tiempo.

      Embed


Mientras un ejército de peluqueros vestidos con impecables guardapolvos hace lo que sabe, nos recibe amablemente su capitán, Ángel Ayala.

De trabajar siete años como lustrabotas en la peluquería Ruíz Díaz, Ayala aprendió el oficio de la mejor forma: observando. Su primer encuentro con las tijeras fue un caluroso 6 de enero de 1960. Un regalo de reyes que lo acompañaría por el resto de su vida.

Con 72 años de edad, don Ángel nos cuenta que su establecimiento trabaja sin pausas desde el año 1967 y que prepara un gran festejo para el aniversario de las bodas de oro.

      Embed

De las emblemáticas peluquerías de antaño recuerda a “Fígaro”, que se encontraba sobre la calle Estrella casi 15 de Agosto, “Blanco y Negro” sobre 25 de mayo y México y “City” en 14 de Mayo y Palma.

Consultado sobre qué piensa de los estilistas de hoy en día, responde que no existe un “versus” entre lo contemporáneo y lo tradicional. “No soy pesimista, me alegra que haya cambios y se profesionalice. Hay cosas que ellos hacen que nosotros no y al revés. No veo por qué debe haber rivalidad”, señala.

      Embed

El precio por corte es accesible (G. 25.000) y la afeitada cuesta G 35.000. ¿Por qué la afeitada es más cara? “Porque es un trabajo mucho más minucioso, es como realizar una operación” dice entre risas Ayala. Es ahí cuando nos damos cuenta de lo que verdaderamente marca la diferencia con las peluquerías de ahora. ¿Existe gente que prefiere pagar por algo que se puede hacer en casa? “No es lo mismo, siempre la navaja va a cortar mejor que las máquinas, aparte la piel queda mejor”, explica.

Sobre si alguna vez piensa dar un paso al costado, Ayala dice que más que un trabajo es un placer y que lo hará hasta que el cuerpo aguante.

Peluquería Velox

En el cruce de la avenida Ygatimí -más adelante Rodríguez de Francia- y la calle Montevideo, en una estratégica esquina se puede ver a la peluquería Velox, salón masculino con una particularidad: Se especializan en cortes a niños.

      Embed

Ingresamos a Velox y vemos a su dueño Clemente Coronel en plena labor: con suma paciencia y precisión realiza un prolijo corte de pelo a un niño que al comienzo llora sin consuelo. 52 años de trabajo dotaron de las mañas necesarias para enfrentarse a llantos e inquietudes. “Es normal que los chicos lloren al comienzo, después se calman solos”. Dicho y hecho.

      Embed

El llanto da lugar a una sonrisa y un cliente satisfecho se retira. Dos artesanales calesitas delatan que son los más pequeños los que gozan del trato preferencial.

“El secreto del éxito está en la paciencia para tratar a los niños y en la perseverancia”, dice este hombre de estatura baja y tímida sonrisa.

      Embed

Emocionado, Coronel cuenta que vio crecer a varios clientes que trajeron a sus hijos, y estos trajeron a los nietos. Son varias generaciones las que pasaron y él lo sabe. “El que viene una vez, regresa”, sentencia.

El horario de atención en Velox es de 08.00 a 19.30 y el precio por corte de G. 30.000 para niños y adultos.

Peluquería El Buen Amigo

En el corazón de Loma San Jerónimo podemos encontrar una peluquería atendida por su propio dueño. Don Juan José Vera Muñoz, de 75 años, es un personaje de un barrio único en la ciudad.

Vera puede ufanarse de ostentar el título de peluquero oficial de San Jerónimo, un reconocimiento que difícilmente le sea arrebatado.

      Embed

En medio de pasillos y escondrijos se halla el pequeño salón con el cartel “Peluquería El Buen Amigo”. Estar ahí es transportarse automáticamente a otra dimensión.

Encontramos al peluquero de San Jerónimo en una pausa pero se levanta de un salto al percatarse de nuestra presencia. “Camino y hago ejercicio. Tengo entrenamiento militar”, dice el hombre de mirada penetrante vestido con un guardapolvo del mismo color que las paredes de su local.

Vera se inició en el oficio en 1960 al terminar el servicio militar. Previamente trabajó como mecánico dental pero eligió los recortes y los peinados “porque es un arte” según expresa.

“Se perdió la tradición del peluquero. El peluquero antes no debía fumar, tenía que cuidarse en la vestimenta, no había que hablar mucho con el cliente durante el corte, tampoco hablar con terceros y obligatoriamente había que usar guardapolvos”, recuerda.

El “Buen Amigo” abre a partir de las 13.00 hasta las 20.00. El precio es accesible: a partir de G. 15.000, siendo la especialidad de la casa el corte bien clásico.

      Embed

Más contenido de esta sección
Si hay algo que las mapaternidades y personas cuidadoras se cuestionan constantemente es si están haciendo las cosas bien. La respuesta es clara, aunque aceptarla puede ser complicado: la realidad es que no se sabe. Para entender mejor de dónde surgen estas dudas y cómo manejarlas, decidimos consultar con una voz experta en psicología infantil, la licenciada Belén Espínola.
El acto de regalar es un gesto cargado de empatía y conexión. Más allá del intercambio de objetos, simboliza el aprecio y el reconocimiento de la otra persona. ¡Y cuánto más si se trata de obsequios con propósito, con cuya compra apoyamos una causa comunitaria! Conocé a Nuestras Manos, una tienda con valor social.
A Jorgelina Cabrera (69) la vida le dio el mandato de criar tres hijos, tres hijas, ocho nietos y cuidar a una madre (96) –en cama desde hace 13 años– durante 24 horas, 7 días a la semana. En el país, el trabajo doméstico no remunerado e invisibilizado representa una carga horaria de 28 horas semanales para ellas. ¿Quiénes cuidan a las que cuidan?
Esta tradicional feria del libro binacional se constituyó como un espacio de identidad cultural que aboga por la descentralización de las producciones y los y las escritoras. El intercambio activo que se da en este sitio contiene un gran valor sociocultural, y consiste en una apuesta que cada año se renueva, hacia la industria literaria regional.
Previo a la existencia del gran museo de ciencias del Paraguay, el MuCi, llega San Cosmos, un planetario digital de alta tecnología para apreciar la magnitud del universo a través de shows para todo tipo de público. El cofundador y presidente del MuCi, Dave Peery, nos comenta más sobre la realización de este proyecto de alta envergadura e importancia para la divulgación científica en el país.
El 14 de febrero se festeja el Día de los Enamorados y en esta nota te contamos cinco historias de amor que valen la pena leer.