¿Influyó en la liberación del joven Arlan Fick la reciente solicitud hecha por el diputado brasileño Alfredo Kaefer, ante el Gobierno de su país, para que los refugiados políticos Juan Arrom, Anuncio Martí y Victor Colmán sean expulsados al Paraguay?
Esta versión, que tras la libertad del joven hijo de colonos brasileños, fue difundida por varios analistas y dirigentes políticos, no tiene mucho asidero para quienes conocen la verdadera historia de peleas y conflictos que se originó entre los fundadores del grupo armado que actualmente es conocido como Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
En julio de 2011, ÚLTIMA HORA publicó un reportaje titulado: “Alcides Oviedo revela que Arrom y Martínez desertaron del EPP”.
“Volvamos la vista hacia alguien que desde su dorado refugio en las playas brasileñas se dedica a lanzar comunicados contra el EPP; otro Mario Monje paraguayo: Juan Arrom”, decía Alcides Oviedo, principal líder del Ejército del Pueblo Paraguayo, preso y condenado por el secuestro de María Edith de Debernardi, ocurrido en 2001, en su entonces recién publicado libro sobre el programa político del EPP.
De este modo, el considerado “comandante en jefe” del grupo, confirmaba plenamente que el dirigente del Partido Patria Libre Juan Arrom había formado parte o tuvo relación con el grupo armado, pero luego habrían desertado y traicionado a sus ex compañeros.
Arrom, residente en Brasil con carácter de refugiado político, tras haber escapado de un proceso que le inició la Justicia paraguaya por su presunta participación en el secuestro de María Edith de Debernardi, siempre negó toda vinculación con dicho caso y con el EPP.
Comparándolo con Mario Monje, el dirigente comunista boliviano acusado de haber traicionado al Che Guevara para ser asesinado en Ñancahuazú, en 1967, Oviedo sostiene que Arrom “se ha especializado en denostar a sus compañeros, buscando por esa vía ganarse el perdón de la oligarquía”.
“El renegado Arrom ha desertado cobardemente ante las primeras escaramuzas contra los contrarrevolucionarios, se zambulló bajo las sotanas de su suegrastro, el obispo libidinoso Fernando Lugo, buscando la ruta más rápida hacia la frontera brasileña. Abandonó a todos sus compañeros y de haber tenido posibilidad, se hubiera ido como refugiado a la estación espacial”, apuntaba el líder del EPP.
Alcides Oviedo y Juan Arrom se habían conocido en 1990, en la Facultad de Teología de la Universidad Católica, cuando el actual líder del EPP llegó de Itapúa junto con otros jóvenes seminaristas.
Fue entonces cuando, según varios testimonios, decidieron formar una organización guerrillera clandestina, como brazo armado del Partido Patria Libre.
La Justicia paraguaya sostiene que Arrom, Martí y Colmán participaron del secuestro de María Edith de Debernardi, en noviembre de 2001, y los declaró prófugos por esta causa. Sin embargo, pocos días antes de la liberación de la mujer, un grupo de agentes de policías secuestró ilegalmente a Arrom y Martí y los mantuvo en cautiverio, sometiéndolos a torturas.
Esta situación, a pesar de que fue plenamente comprobada, no fue sancionada por la Justicia, lo cual permitió que Arrom, Martí y Colmán puedan escapar a Brasil, donde obtuvieron que el Comité Nacional para los Refugiados (Conare) los acoja en carácter de refugiados políticos en 2002, donde permanecen hasta la actualidad.
También obtuvieron que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) admita una demanda contra el Estado paraguayo por haber sido presuntamente secuestrados y torturados ilegalmente por agentes policiales, situación que hasta ahora sigue vigente y por el cual el Gobierno debe responder internacionalmente.
¿Por qué liberaron a Arlan?
En el video de prueba de vida divulgado el 22 de octubre de 2014, tras haber sido entregado por miembros del EPP a la familia Fick, el propio Arlan Fick lee un manifiesto –con toda seguridad libretada por los miembros del EPP- en el que asegura: “El Ejército del Pueblo Paraguayo va a cumplir con lo que le prometió a mi padre y quieren asegurarse de que una vez que me liberen, yo pueda llegar junto a mi familia, sano y salvo...”.
En ese mismo video, Arlan (o sea el EPP) solicita “la mediación del Gobierno brasileño para que garanticen mi vida, una vez que la guerrilla me libere”. Tal pedido sería ante una supuesta posibilidad de que su vida corra peligro, porque presuntamente Arlan fue testigo de la manera en que actuaron las Fuerzas de Tarea Conjunta la noche en que fue secuestrado, en que un miembro del grupo armado habría sido asesinado a sangre fría.
El periodista Adrián Cattivelli, experto en política internacional del equipo de Última Hora, no cree que Brasil llegue a expulsar a Arrom, Martí y Colmán, como reclama el diputado Alfredo Kaeffer.
“La política diplomática brasileña no suele modificar sus posturas en términos de conceder asilos o refugios a personas a las que considera perseguidos políticos, y en el caso de Arrom y sus compañeros, ellos lograron demostrar que en su momento sí se atentó contra sus derechos humanos”, destaca Cattivelli.
Lo que revela la exposición de los hechos es lo siguiente:
1) La decisión de liberar a Arlan tras el pago de rescate ya había sido tomada por los miembros del EPP hace varios meses y comunicada en el video de prueba de vida, pero el plazo de cumplimiento se dilató extraordinariamente, probablemente como un modo demostrar que siguen teniendo el control de la situación.
2) La amenaza de entregar a Arrom, Martí y Colmán a la Justicia paraguaya no le puede afectar mucho a los actuales miembros del EPP, ya que los consideran “desertores” y “traidores” a la causa original de formación del grupo.