EFE
“Disfrazarse de payaso de por sí no es una infracción o un acto penal, pero cuando éste causa a los ciudadanos miedo, inquietud o los humilla, y especialmente si amenaza con objetos peligrosos, una persona que actúa así puede ser sancionada por violar la paz pública”, explicó a la televisión un portavoz de la policía de Liubliana, Drago Menegalija.
La policía eslovena recibió hasta ahora más de una treintena de denuncias por apariciones de estos payasos, sobre todo ante escuelas y en parques, con el objetivo de asustar a niños y adolescentes.
En la mayoría de los casos no se produjeron situaciones peligrosas, daños materiales o lesiones.
La policía condena también los llamamientos al empleo de la violencia contra los payasos diabólicos y advierte de que en muchos casos se trata de niños y adolescentes que no son del todo conscientes del daño que pueden causar.