PASO TUYÁ - AZOTEY
El ataque del grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en Paso Tuyá y el secuestro del joven Arlan Fick dejaron a esta comunidad desolada; no hay actividad comercial; inclusive lo laboral se redujo a lo mínimo.
El miedo a un nuevo ataque del grupo criminal hace que las actividades se reduzcan a lo mínimo; si bien los pobladores no lo dicen públicamente, algunos sí expresaron que a la noche ya nadie quiere salir a la calle. “Aquí apenas oscurece, todo se cierra; inclusive de día muchos colonos se mantienen encerrados en sus casas por temor; la inseguridad que venimos sufriendo desde la aparición del EPP es tremenda y más ahora que comenzaron a secuestrar a miembros de nuestra comunidad”, indicó un antiguo poblador.
Paso Tuyá pertenece al distrito de Azotey, tiene alrededor de 80 familias, en su mayoría brasileños de origen alemán, practican la religión católica; se instalaron en la zona en la década del 70, provenientes de Santa Catarina, Brasil, y hoy es una próspera comunidad. Se dedican a la pequeña ganadería y al cultivo de soja y maíz; cuentan con su propia cooperativa y dan trabajo a muchos paraguayos.
Sin embargo, desde el 2008, con la aparición del EPP, vienen soportando permanentes acosos de los criminales; varias familias han sufrido extorsiones, quemas de vehículos y secuestros exprés de parte del EPP, pero por temor no han denunciado.
A la entrada de Paso Tuyá se encuentra una subcomisaría, equipada con una patrullera y últimamente con un tanque Urutú y blindado de la Policía Nacional. Sin embargo, de igual manera los delincuentes secuestraron a Arlan Fick.
Solidaridad. A 19 días del secuestro de Arlan Fick, la familia sigue recibiendo el apoyo y la solidaridad de la gente. En la víspera, colonos brasileños y menonitas visitaron a la familia para brindarle apoyo ante la difícil situación por la que están atravesando.
A la salida explicaron que la situación en el seno familiar es bastante difícil; la madre está un poco mejor, pero el padre se encuentra con el ánimo muy decaído, explicó un colono brasileño al abandonar la residencia.