Las leyendas de los carteles cruzados en las arterias de este sector de la ciudad exigen respetar las normas municipales vigentes y la clausura de los locales gastronómicos y otros negocios de gran movimiento de clientes que colapsan los sitios de estacionamiento y las redes sanitarias y de energía.
Dariela Rumich, vecina de este punto barrial asunceno, sostuvo que la situación es insostenible, ya que soportan de un tiempo a esta parte ruidos molestos, explosión de efluentes cloacales en las calles y en las mismas viviendas, cortes de energía, entre otros.
“Ni siquiera nuestros hijos ya pueden salir a jugar a las calles. Hemos perdido la tranquilidad del barrio y todo se volvió peligroso”, expresó finalmente.