19 mar. 2024

Partidizar a los docentes es retroceder en la educación

El ministro Enrique Riera había afirmado al inicio de su gestión que “partidizar la educación es el inicio del fracaso”. En la actual campaña preelectoral ha negado su propia afirmación al ordenar a los coordinadores del MEC en el Guairá que “se pongan la camiseta de la Lista 2", que apoyen al oficialista movimiento Honor Colorado y además “voten por su jefe”, o sea él, como candidato a suplente número uno en la lista de senadores. Aunque ponga como excusa que lo hizo “fuera del horario de trabajo”, es una actitud que nos devuelve a la peor época de la dictadura, cuando se confundía al Estado con el Partido Colorado y la educación era instrumentalizada por el régimen tiránico.

Una vez más, el actual ministro de Educación y Ciencias, Enrique Riera, ha demostrado que le resta poco de la imagen de luchador democrático renovador que alguna vez supo ganarse dentro de la Asociación Nacional Republicana (ANR), por provenir del sector juvenil de una fuerza política que en su momento fue un símbolo de resistencia contra la dictadura, el Movimiento Popular Colorado (Mopoco).

Cuando asumió el cargo en mayo de 2016, tras las denuncias periodísticas sobre irregularidades y deficiencias en el MEC, que despertaron movilizaciones de estudiantes y forzaron la renuncia de la entonces ministra Marta Lafuente, Riera se presentó como un político hábil que parecía dispuesto a dialogar y a enfrentar los grandes desafíos de la crisis educativa. En ese momento se embanderó con los principios de la renovación en el sector, entre los que se incluía la no partidización de la educación. En uno de sus primeros discursos había dicho en forma categórica que “partidizar la educación es el principio del fracaso”.

Pero apenas se involucró en la carrera política electoral por la continuidad del oficialismo cartista colorado, varió totalmente de discurso y alteró los valores que había asegurado que iba a defender desde su gestión. Fue cuestionado cuando, hace varias semanas, convocó a los docentes y a los funcionarios del Ministerio de Educación y Ciencias a un mitin político con el precandidato a presidente de la República, el ex ministro de Hacienda, Santiago Peña.

El viernes último, durante un encuentro con maestros y funcionarios del MEC en la ciudad de Villarrica, el ministro Enrique Riera ordenó a los supervisores y docentes de la región que “se pongan la camiseta del partido y que se pongan la camiseta de la Lista 2, para dar una victoria contundente”, refiriéndose a la lista del movimiento oficialista Honor Colorado, liderado por el actual presidente Horacio Cartes. A continuación agregó: “Además, yo ahora también soy candidato (a suplente número uno en la lista de senadores) y tienen que votar por su jefe”.

Riera intentó justificar que la reunión había sido “fuera del horario de trabajo”, pero en realidad fue a las 15.00 del viernes 13, en horas en que en varios colegios y escuelas aún se estaban impartiendo clases en las aulas. Aunque resultara fuera de horario, igual constituye una clara violación del artículo 51 de la Ley del Estatuto Docente, que prohíbe a los educadores influir en las decisiones políticas de subalternos y alumnos.

La actitud de Riera nos devuelve a la peor época de la dictadura, cuando se confundía al Estado con el Partido Colorado y la educación era instrumentalizada por el régimen tiránico, exigiendo que los maestros estén afiliados y hagan campaña en favor del oficialismo. Ese modelo de educación retrógrada es el que el país necesita cambiar.

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