La reforma, validada con 72 votos a favor y 63 en contra, elimina restricciones que hubieran hecho su aprobación más prolongada y compleja.
Ahora, el Parlamento podrá adoptar la ley que convoca el referéndum de independencia mediante un trámite agilizado, con una lectura única, debates acortados y sin enmiendas.
Los letrados del Parlamento catalán se pronunciaron en contra de la reforma, mientras que la oposición, tanto de derecha como de izquierda, se unió para repudiarla, ya que a su juicio viola los derechos de los diputados. Los separatistas podrán adoptar la ley que convocará el referéndum a partir de mediados de agosto.
Dicha ley será previsiblemente suspendida y luego anulada por el Tribunal Constitucional, que ha prohibido la realización de un referéndum de autodeterminación exigido por los independentistas desde 2012.
“No existe un poder lo suficientemente fuerte para cerrar el gran colegio electoral que será Cataluña el 1 de octubre”, advirtió el presidente regional catalán Carles Puigdemont al diario francés Le Figaro. “Aunque el Tribunal Constitucional lo prohíba, no renunciaremos al referéndum”, añadió. AFP