Por Sergio Noe
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Filmes en blanco y negro, del cine mudo, películas actuales, además de cortos, documentales y otros audiovisuales están disponibles para ser visualizados de modo gratuito en el Archivo Audiovisual de la Casa Bicentenario de las Artes Visuales Ignacio Núñez Soler (Azara 845 casi EEUU), y en el Centro de Difusión del Archivo Audiovisual y Fotográfico del Paraguay, en la Manzana de la Rivera (Ayolas 129 casi Benjamín Constant).
Se trata de dos de los acervos más importantes del Paraguay en la materia, y juntos también acopian filmes que van desde inicios del siglo XX hasta la actualidad.
INICIOS. Filmes de los comienzos del cine paraguayo se pueden encontrar en la Casa Bicentenario de las Artes Visuales, entre los que figuran Antología del cine mudo paraguayo (1905-1932), compilado por Manuel Cuenca; Por Paraguay en mula (1916), cinta muda restaurada y digitalizada; Indígenas en el Gran Chaco (1924) y Expedición Paraguay (1924-1928). El acervo también protege más cintas sin habla como Procesión (1924), Manifestación frente a la Escuela Militar y Congreso (1928), El ciclón de Encarnación (1926) y El sepelio de Eligio Ayala (1930), todas de la colección Carrón-Quell y El Cabildo.
Además se cuenta con la película Hijo de hombre (1961), con guión de Augusto Roa Bastos, que muestra episodios de la Guerra del Chaco, y documentales actuales de Bruno Masi, Ysanne Gayet y otros. El público puede ver estos materiales de lunes a viernes de 7.00 a 17.00.
MODERNO. Por otro lado, el Centro de Difusión del Archivo Audiovisual del Paraguay, una iniciativa del gremio del audiovisual Oprap, con apoyo de la comuna de Asunción, cuenta con más de 600 materiales que datan desde 1980 en adelante. El acervo se clasifica en documentales, ficción, didácticos, musicales, teatro, publicidad, espectáculos, imágenes y sonidos en bruto y audiolibros.
El archivo existe como una suerte de rescate de la memoria colectiva e historia local por medio de audiovisuales de las últimas décadas y posee tomas de la visita al país del papa Juan Pablo II en 1988, cuyas grabaciones se perdieron en gran parte y lo recuperado fue gracias a archivos particulares, según refiere Ray Armele, responsable del espacio.
Para ver, se dispone de monitores individuales y también se puede acceder a través de notebooks, tabletas y smartphones. Se abre de lunes a viernes de 8.00 a 12.00.