EFE
Para insuflar vida al lugar, donde se concentran los principales tesoros culturales de la ciudad, como la Catedral, el Cabildo o el Palacio de los López, el Ayuntamiento y el Gobierno lanzarán este mes un concurso internacional de ideas del que saldrá el Plan Maestro del Centro Histórico de Asunción.
La iniciativa quiere revertir una agonía que, según los expertos, se debe fundamentalmente a la pérdida de vecinos, ocasionada por los altos costos impositivos que solo pueden afrontar los Ministerios y las oficinas públicas y privadas.
El resultado es que cada viernes, cuando cesa esa actividad, el entorno en el que se fundó la ciudad, en 1537, se vuelve igual de fúnebre que el Panteón de los Héroes, donde descansan los restos de los próceres del país y uno de los edificios más representativos de ese centro cargado de historia.
Una imagen que salta a la vista cualquier fin de semana: un páramo de actividad comercial y recreativa donde la única vitalidad la proporcionan los cambistas del mercado negro y los indígenas que venden su artesanía.
Jordi Pardo, el gestor cultural catalán que trabaja junto al Colegio de Arquitectos de Paraguay, quienes diseñan las bases para el concurso internacional, sitúa ese adormecimiento en la época de la dictadura de Alfredo Stroessner, que gobernó el país a golpe de represión entre 1954 y 1989.
“Durante la dictadura dejó de ser zona residencial y las clases medias y acomodadas se fueron del centro. Además, la calle (en su conjunto) era un espacio vigilado por la dictadura y el centro se despobló. Fue el momento del declive”, dijo Pardo a Efe.
Según el censo de 2010, la población de la capital es de aproximadamente medio millón, mientras que su área metropolitana, el Gran Asunción, pasa de los dos millones, repartidos entre nueve municipios.
Pardo, que ha colaborado en proyectos de regeneración en ciudades como Barcelona y la vietnamita Hue, es partidario de aplicar los fundamentos de la economía creativa para devolver al centro asunceno su brillo perdido.
“Han de crearse espacios peatonales, de arte, de música, de cultura y turismo, diversificando un centro que ahora está tercerizado por esas oficinas que se cierran cada fin de semana, cuando muere el centro”, indicó Pardo.
En ello coincide Marcelo Kublic, arquitecto de la Secretaria de Cultura, que aboga por un nuevo paradigma.
“Se estudia generar una plataforma de gestión e infraestructura para que industrias relacionadas con las nuevas tecnologías, diseño, etc., se instalen en el centro, toda una red de innovación que tiene que estar enfocada al turismo”, comentó Kublic a Efe.
Otro de los pilares de esa cirugía radicaría en incentivar el regreso al centro de un nuevo vecindario, de poder, con jóvenes, bajando los alquileres y grabando los solares y casas que permanecen vacías, muchos reductos de la época colonial y otras de estilo afrancesado.
“Son ejemplos, pero hay que darse cuenta de que una ciudad no son solamente plazas y calles. Es la gente”, aseguró el consultor.
Sin embargo, uno de los proyectos gubernamentales que se facilitarán a los candidatos al concurso como guía para elaborar el Plan Maestro es el desalojo de parte de los habitantes de La Chacarita, una de las áreas más degradadas y el contraste más sorprendente que ofrece el centro histórico.
La zona, un asentamiento de chabolas que llega hasta las mismas puertas del Congreso Nacional, es vista como uno de los obstáculos que impiden esa regeneración.
Y también del pleno desarrollo de la Costanera, el paseo de cuatro kilómetros que bordea el río Paraguay, otro de los ejes del Plan Maestro, ya en uso como espacio de recreo y asueto de los asuncenos, pero a falta de inaugurarse oficialmente.
Paralelamente, el Gobierno ha anunciado su intención de construir un centro administrativo con varios ministerios en la Costanera.
“Todas las grandes ciudades sufren de guetos enquistados. Lo que hay que hacer es generar flujos nuevos, romper la condición de gueto, las condiciones de pobreza”, opinó Pardo.
Del concurso internacional saldrá quien ejecute el Plan para resucitar el corazón de Asunción, que antaño se ganó el título de Madre de Ciudades porque de ellas salieron las expediciones que fundaron la boliviana Santa Cruz de la Sierra o Buenos Aires, este en su segundo nacimiento.
