20 abr. 2024

Para el inmobiliario, urge recurrir al valor del mercado

Cada vez es más urgente mejorar el nivel de las recaudaciones y aumentar la equidad tributaria. Los recientes cambios normativos al impuesto inmobiliario constituyen una oportunidad para garantizar el desarrollo del país a la par de una mayor justicia tributaria. Sin embargo, ello requiere cambios profundos: es necesario que el impuesto se calcule sobre el valor de mercado de la propiedad y no sobre el valor fiscal. Las autoridades con competencia en el tema deben buscar que esta fuente de financiamiento público contribuya de manera eficiente y equitativa al bienestar de la población paraguaya.

El impuesto inmobiliario constituye una oportunidad real para que los gobiernos municipales contribuyan de manera efectiva a la mejora de la calidad de vida. La Ley Orgánica Municipal les otorga numerosas competencias que actualmente no son ejecutadas.

La queja constante de intendentes es la falta de recursos, lo que debería resolverse en parte con una buena gestión en el cobro del impuesto inmobiliario. Ello requiere cambios sustanciales en la administración tributaria local y en el cálculo del impuesto.

La mejora en la recaudación solo será posible si se modifica la base de cálculo pasando del valor fiscal al valor de mercado y si las municipalidades avanzan en sus sistemas administrativos para el cobro, control, transparencia y rendición de cuentas.

Durante años, los gobiernos locales se han contentado con recibir transferencias del Gobierno Central, con los resultados ampliamente conocidos en materia de corrupción. La pereza fiscal es otro de los resultados derivados de un mal diseño institucional de los incentivos. Si el Gobierno Central cobra y transfiere los recursos, para qué hacer el esfuerzo de recaudar.

Estamos en el momento justo para plantear un debate nacional en torno al impuesto inmobiliario. En pocos días más se realizan las elecciones municipales. Los nuevos intendentes deberán asumir el reto de implementar acciones para mejorar las condiciones de vida en los distritos y cumplir sus promesas electorales, para lo cual necesitan recursos adicionales. No pueden continuar pidiéndole al Gobierno Central cuando tienen instrumentos para dotarse ellos mismos de financiamiento.

El acceso a agua potable y saneamiento son factores determinantes para mejorar la salud de vecinos y vecinas, la provisión de servicios de transporte público y de infraestructura vial permiten el desarrollo productivo y contribuyen a la seguridad ciudadana, el aumento de la infraestructura social y espacios culturales y de recreación satisface necesidades fundamentales de la niñez, juventud y de las personas adultas mayores.

El cabal cumplimiento de estas competencias otorgadas por ley pueden y deben ser financiadas con impuestos justos. Uno de estos es el impuesto inmobiliario, que actualmente tiene una muy baja recaudación.

No hay justificación para las demandas persistentes de descentralización. Las municipalidades tienen suficientes e importantes competencias y ahora cuentan con una potencial fuente de recursos que de manejarse bien podrá financiar una parte importante de los programas municipales.

El actual impacto potencial del impuesto inmobiliario debe efectivizarse con una mejor regulación. Un factor determinante es actualizar el valor de la propiedad al valor de mercado. Esperemos que las autoridades, especialmente los nuevos intendentes y concejales, tomen conciencia del alto impacto del impuesto inmobiliario.

Más contenido de esta sección
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.
Los agricultores familiares producen la mayor parte de los alimentos frescos y sanos, diversificados y culturalmente apropiados. Generan oportunidades de empleo agrícola y no agrícola, y ayudan a las economías rurales a crecer. La agricultura familiar preserva y restaura la biodiversidad y los ecosistemas, y utiliza métodos de producción que pueden ayudar a reducir o evitar los riesgos del cambio climático. La agricultura familiar es fundamental para mantener la capacidad adquisitiva de los ingresos de todas las familias y para reducir la pobreza en el sector rural. Dejarla en el abandono es poner un obstáculo al crecimiento sostenible, al bienestar de los hogares y al desarrollo del país.
La violencia contra las mujeres es una preocupante realidad en el Paraguay. En este Día de la Mujer Paraguaya debemos recordar los datos de las instituciones que señalan que, pese a las leyes, los casos de violencia en el hogar y los casos de feminicidio no disminuyen. Estamos lejos de ser una sociedad que respeta y valora las capacidades de las mujeres; prueba de ello es el aumento en el último año de la violencia política. Este es un indicador del largo camino que nos falta andar para ser una sociedad verdaderamente democrática.