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La semana pasada nada más teníamos en cartelera la película Dejados atrás, basada en un pasaje de la Biblia que ahora El remanente enfoca pero desde otro género. Según el libro sagrado de los cristianos, está profetizado que Dios se llevará a todos los inocentes y quedarán en este mundo los pecadores. Ambas películas tienen por objetivo el recordarnos tal pasaje para que sepamos qué nos espera a los pecadores.
Aunque El remanente tiene hacia el final un mensaje de arrepentimiento para los pecadores, en el fondo es una película de suspenso con dosis de terror. Otra diferencia con Dejados atrás es que los protagonistas son solamente jóvenes, cinco específicamente, quienes quedan en este mundo de pecadores a sufrir las consecuencias. Sin embargo, otra vez nos encontramos con un pastor, quien atribulado admite que nunca asumió su sacerdocio con sinceridad y que ahora está pagando por eso.
Según la Biblia, ciertas criaturas del infierno tendrán vía libre luego de la purga que Dios hará, y estos horribles demonios se encargarán de crear el terror. Si esta película se tira hacia el género del terror y el suspenso, es por culpa de aquellos. Inteligentemente casi no se los visualiza, lo que incrementa el miedo y la expectativa. Los efectos de sonido son oportunamente utilizados, y el volumen alto en que obligatoriamente deben escucharse es parte de la atmósfera de pánico que quiere crearse.
Con su mensaje final de arrepentimiento de los pecados, esta película –que parecía ser una más de las mediocres producciones de terror que se hacen rápido para asustarnos un rato– al menos marca una diferencia.
Sin embargo, fuera de esta diferencia, está condenada a ser una más del montón.