24 abr. 2024

Padre de víctima de sicarios pide protección al Gobierno

Por Édgar Medina

Antonia Almada

Antonia Almada

VILLA YGATIMÍ - CANINDEYÚ

Delio Almada Giménez, padre de la joven Antonia Almada, asesinada a tiros junto al periodista Pablo Medina, teme que cuando termine la custodia policial, también sea víctima del clan Acosta Marqués, según manifestó.

Don Almada afirmó que corrió la versión de que los Acosta Marqués afirmaron que tenían 2.500 millones de guaraníes para comprar a las autoridades que investigan el caso, por lo que su miedo es que cuando terminen las intervenciones, también quede a merced de los sicarios.

Pidió ayuda al Estado para que pueda conseguirle trabajo y mudarse a otra localidad, para seguir manteniendo a sus familiares, ya que en su casa ya no se siente más seguro. “Si ellos no vienen, van a enviar nomás a otros, ellos actúan así”, sostuvo.

Almada es padre de 5 hijos, de los cuales dos estudiaban en la ciudad de Curuguaty, distante a unos 45 kilómetros de Villa Ygatimí. Su ingreso familiar es de una despensa y una gomería que posee en su casa, ubicada en pleno centro urbano.

Delio Almada sostuvo que su hija salió a trabajar en Curuguaty, para ayudarle a costear sus estudios, ya que también pagaban 300.000 guaraníes por el alquiler de la vivienda donde quedaban, debido a la distancia entre la casa paterna y el centro de estudios.

La joven era estudiante de Informática y era muy querida en Villa Ygatimí. Sus estudios primarios y secundarios realizó en el colegio nacional, de esta localidad.

Antonia Almada acompañaba a Pablo Medina como asistente cuando el pasado jueves 16 de octubre, de regreso de una cobertura periodística en un asentamiento campesino de la zona, en horas de la tarde, fueron emboscados por los matones. Estos, una vez que se aseguraron de que el hombre que conducía la camioneta era el blanco, comenzaron a disparar. Pablo Medina recibió cuatro disparos en la cabeza y uno en el tórax; Antonia Almada, quien iba en el asiento del acompañante, recibió dos disparos de arma de fuego en la frente y un tercer disparo en el tórax, costado izquierdo. Una tercera persona que los acompañaba salió ilesa del atentado, gracias a que los matones la creyeron muerta como los otros dos y por eso la abandonaron.

Esta persona fue la que alertó del atentado al dirigente campesino que había convocado a Medina y este a la Policía, según los datos.

Posteriormente, esta víctima que salvó su vida fue quien identificó por fotografías al hermano del intendente de Ypejhú, Wilson Acosta Marqués, como uno de los sicarios que atentaron contra Medina y Almada. El mismo fue imputado por este homicidio.