Para muchos integrantes de cierta izquierda paraguaya, Mario Ferreiro y su equipo no los representan. Guste o no, Ferreiro tiene a un grueso de militantes que se consideran socialistas y que lo acompañarán en su gobierno, por lo tanto, toda la izquierda volverá a estar a prueba desde el gobierno de Lugo, por lo menos desde la mirada de una derecha electoral que no pierde el tiempo en diferenciar graduaciones ideológico-políticas o matices doctrinarios.
Con los meses, sabremos si Ferreiro y sus aliados aprendieron de los errores y torpezas que el luguismo cometió en su administración. Asunción será así un minilaboratorio de pruebas para ver si la izquierda se merece o no una segunda oportunidad al frente del Poder Ejecutivo. Los asuncenos estaremos pendientes de que el nuevo intendente cumpla con sus promesas, pero muchos no asuncenos lo estarán también porque de su buen desempeño podría salir una candidatura presidencial que pueda oponerse al delfín que Cartes financiará y propondrá como su sucesor (en el caso de no correr la reelección).
Hay que aceptar que los que impulsaron y convencieron a Ferreiro para que asumiera la candidatura han demostrado un realismo político del que el luguismo sigue careciendo. De ahí que la alianza con la derecha representada por el PLRA y otros movimientos y partidos ha sido clave.
Izquierdas, así en plural, hay en todas partes. O mejor dicho, división de la izquierda siempre hubo, y en eso no nos diferenciamos de otros países. Incluso en el poder no ha sido mal gobernante, y eso debemos concederles a Lugo y a su equipo. La deuda de la izquierda paraguaya está en la cintura política, es decir, en mantenerse en el poder negociando con sus aliados a la par de llevar una buena administración. El caso del Filizzola intendente no cuenta, pues él no necesitó lidiar con aliados potencialmente traidores. Pero Ferreiro tendrá que vérselas con los liberales, a los que hay que saber saciar en su voracidad sin que esto signifique entreguismo.
Ferreiro debe completar sus cinco años con una Asunción mejor de la que recibió. Si se engolosina y quiere candidatarse al 2018 antes de culminar su mandato como intendente, la señal que enviará es que Asunción le importaba un bledo y solo era un puente para llegar al Palacio de López.
El recién electo intendente de Asunción tiene una gran carga sobre sus hombros. Si la derecha tiene mucha deuda con los paraguayos, la izquierda lo tiene en cuanto a madurez y consecuencia con sus principios. ¿Será la administración de Mario Ferreiro el nacimiento de una administración inteligente desde la izquierda?
