Por: Samuel Acosta
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La situación económica del Brasil siempre es motivo de preocupación para nuestro país, debido a que es su principal socio comercial (por exportación e importación) y de él depende en parte su crecimiento económico.
Como ejemplo se puede mencionar que hasta el propio Banco Central del Paraguay tuvo que reducir, en diciembre pasado, la perspectiva de expansión local del producto interno bruto (PIB) para el 2017 de 4% a 3,7%, luego de ver el frágil desempeño en la actividad económica (una caída -0,8%) con el que cerraron los vecinos en el último trimestre.
El lunes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en una actualización sobre las expectativas económicas globales, redujo la estimación de crecimiento para Brasil a solo un 0,2%. “En América Latina, la revisión a la baja del crecimiento refleja en gran medida una menor expectativa de recuperación a corto plazo en Argentina y Brasil, tras cifras de crecimiento que defraudaron al segundo semestre del 2016 y condiciones financieras restrictivas”, dice parte del informe.
El organismo internacional señala que los mercados emergentes como el Brasil necesitan este año mejorar su capacidad de resistencia financiera para reducir la vulnerabilidad a un eventual deterioro financiero a nivel mundial, las fluctuaciones cambiarias significativas y posibles riesgos en la dirección de los flujos de capital.
itaú. En el informe Macro-Latam del Banco Itaú, al mes de diciembre pasado, también se realizó un ajuste a la baja en la expectativa del crecimiento económico para el gigante sudamericano.
Esta banca internacional esperaba un crecimiento de hasta 2% este año; sin embargo, su expectativa ahora es de una expansión de 1,5%.
Afirman que la reforma fiscal sobre la seguridad social y el límite del gasto público –en plena discusión en el Congreso– serán claves para el desempeño de esta economía.
El sector industrial brasileño tuvo una leve mejoría en los últimos meses del año pasado; no obstante, Itaú considera que la demanda aún sigue siendo mayor al nivel de producción.
Otra de las preocupaciones que señala el reporte Latam es que continúa la tendencia de crecimiento en el nivel de desempleo brasileño.
En octubre pasado hubo un aumento del 11,8% a un 12,1% en el nivel de desocupados y la proyección hacia finales de este año es alcanzar hasta un 12,5%.
Respecto al tipo de cambio, Itaú no avizora una gran fluctuación, pues estima que el real/dólar, como máximo, cotizará hasta un 3,60 para finales de este año. De cumplirse esto último, es una buena noticia para el comercio fronterizo paraguayo que ha visto una recuperación en las ventas gracias a la apreciación de la moneda brasileña.
Finalmente, la Cepal, organismo dependiente de Naciones Unidas, cree que Brasil crecerá solo 0,4% y advierte sobre una demanda interna reprimida.