AFP
BOGOTÁ - COLOMBIA
Con el tiempo y el ex presidente Álvaro Uribe en contra, el Gobierno de Colombia y las FARC impulsaban ayer la implementación del nuevo pacto de paz que sellaron hace 10 días, tras incluir propuestas de sectores que rechazaron en las urnas el acuerdo original.
Miembros de la cúpula guerrillera, incluido su líder, Rodrigo Londoño (Timochenko), llegaron a Bogotá para ultimar los detalles de la firma oficial del texto, pero también con otro tema de fondo: la ola de asesinatos y amenazas a líderes sociales que puede amenazar la puesta en marcha de los acuerdos de paz.
Esta violencia completa la tríada principal de obstáculos en el camino para acabar con un conflicto armado de más de medio siglo, a la que se apuntó definitivamente el actual senador Uribe, quien, tras días de suspenso, rechazó el nuevo pacto y pidió en cambio reunirse con las FARC. “Tenemos toda la disposición de dialogar con el Gobierno y las FARC sobre las modificaciones en los temas referidos. Para este diálogo proponemos aprovechar la presencia en Bogotá de los líderes de las FARC”, dijo Uribe, pidiendo que no se permita la elegibilidad política de responsables de delitos atroces mientras cumplen sus penas o que el acuerdo no sea incluido en la Constitución.
“MOMENTO CRÍTICO”. La noche del lunes se desarrolló una reunión con representantes de sectores que se opusieron al acuerdo de paz original en el plebiscito del 2 de octubre, para explicarles los cambios introducidos al texto tras su renegociación con las FARC en Cuba, donde las partes dialogaron durante 4 años. “Creemos que lo que hay que hacer es, con un acuerdo cerrado, pasar a la implementación, que urge y que tiene miles de temas y detalles donde se pueden dar aún más garantías (a los opositores) de las muchas que ya se dieron con los cambios que hicimos”, dijo Sergio Jaramillo. “Realmente tenemos un problema de tiempo extremadamente grave. Una guerrilla no se puede quedar en la incertidumbre en que están las FARC y tenemos que pasar a la implementación”, añadió.
También Santos se refirió al “momento crítico” en que se encuentra el proceso de paz con las FARC en una columna publicada este martes en el diario estadounidense Wall Street Journal, en la que se dice “orgulloso de trabajar con el Congreso (...) para implementar este acuerdo mejorado”.
Las FARC y el Gobierno sostienen un cese al fuego bilateral desde fines de agosto, que ambas partes decidieron mantener a pesar del revés en las urnas y cuya “fragilidad” es una de las razones por las que insisten en la pronta implementación del pacto.