El oficialismo colorado trazó tres pasos para lograr apuntalar la precandidatura presidencial del ministro de Hacienda, Santiago Peña, por el movimiento Honor Colorado, liderado por el presidente Horacio Cartes.
El primer paso es que Peña termine de recorrer todos los departamentos del país, “por lo menos para decir que se hizo la consulta”, reveló una fuente del entorno presidencial.
Sostuvo que con tal de que Peña “pise unos minutos los departamentos” ya basta para que la dirigencia sepa que estuvo en su zona.
Segundo paso. El segundo paso es extender al máximo el anuncio oficial de la candidatura de Peña porque el presidente Cartes considera que una vez que eso ocurra, las agresiones hacia su candidato serán más fuertes, sobre todo con el discurso de que este es liberal y no colorado.
Prefieren que el debate sobre su coloradismo o liberalismo se siga dando en estos días para que en 15 días más “ya parezca gastado”.
El presidente Cartes había dicho a los dirigentes de varias zonas del país que a su regreso de Portugal, hace casi dos semanas, oficializaría la candidatura de Peña, pero volvió de ese viaje y no ocurrió aún tal anuncio.
El mandatario se dedicó a reunirse con algunos dirigentes de seccional de capital, donde tuvo que soportar que algunos, de forma pública, le hayan señalado su malestar por la candidatura de Peña, quien sigue sin convencer a un sector importante.
Tercer punto. El último paso del cartismo es preparar una plenaria entre el sábado 3 y sábado 10 de junio para lanzar a Peña tal como se hizo con Cartes y el presidente de la ANR, diputado Pedro Alliana.
MOLESTO con riera. El plan que maneja el oficialismo se vio “algo alterado” cuando el dirigente de Alto Paraná, Javier Zacarías Irún, se quejó del ministro de Educación, Enrique Riera, ante el jefe de Estado.
El altoparanaense le dijo al presidente que Riera nunca tuvo que haber dicho que estaba preparado en caso de que Cartes lo eligiera como candidato a presidente de Honor Colorado.
Zacarías Irún le señaló que esta declaración de nuevo generó esperanzas de que Riera pueda ser el candidato poniendo en riesgo a Peña, a lo que Cartes asintió diciéndole que tenía razón en cuanto a la “metida de pata” de Riera.