Por mandato de Obama, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) elaborará una nueva guía de acción para que la política de deportaciones se centre en los criminales, personas con delitos vinculados a la seguridad nacional y aquellos que cruzaron la frontera desde el 1 de enero pasado.
Las acciones que está adoptando el presidente “aumentan las posibilidades de que cualquier persona que intente cruzar la frontera ilegalmente hoy sea capturada y expulsada”, enfatizó la Casa Blanca.
Durante el Gobierno de Obama, las deportaciones han alcanzado niveles récord de unas 400.000 al año, lo que ha generado muchas críticas entre los activistas defensores de los inmigrantes.