Tras esta situación, se instauró un plan de regularización, lo que implica un acercamiento de la SIB a la entidad, con un monitoreo y supervisión mucho más profunda, tras lo cual se detectaron otras irregularidades, lo que hizo que el ente monetario someta a una prueba de estrés a la entidad, resultando el índice de solvencia por debajo del 50%, mínimo exigido por la ley, incluso por debajo del compromiso asumido por la financiera en el plan de regularización, que había sido del 13%.
Una vez que se realizó el arqueo de caja, que concluyó en la detección de un faltante de 14,3 millones de dólares, el Directorio del BCP, resolvió la “resolución” o liquidación de Ára SA de Finanzas.
Los depósitos registrados en la institución representan el 0,4% de todo el sistema financiero y su cartera de créditos, el 0,3%.
Ára contaba con la segunda morosidad más alta entre las financieras, con 8,43%. En cuanto a su volumen de préstamos, ocupaba el séptimo lugar entre las 12 financieras de plaza. En nivel de depósitos, era la quinta.
Asimismo, contaba con alrededor de 2.600 ahorristas.