Cuando Racing mostró solvencia atrás, Benítez trasladó un balón del sector izquierdo al derecho y encontró un pequeño hueco para enviar el derechazo. El balón se metió a la derecha del portero Sebastián Saja, quien, pese a estirarse, no pudo evitar la caída de su valla.
Guaraní ahora deberá, el jueves de la próxima semana, defender la mínima diferencia que tiene en el estadio de Avellaneda, en Buenos Aires.
Lo que todos pretendieron era ganar por un marcador más abultado para encarar con mayor tranquilidad la revancha, pero no se pudo y el Aurinegro tiene un difícil trabajo en la Argentina, en busca de su pasaporte para las semifinales de la Libertadores.
El trabajo de Federico Santander, nuevamente, sobresalió durante el desarrollo del juego, solo que en esta ocasión el delantero estuvo rodeado de tres futbolistas de Racing, y muy poco pudo hacer, porque cuando se daba la vuelta ya se encontraba, cara a cara, con los adversarios. Marcelo Palau fue el que tuvo la mejor chance y su cabezazo salió desviado, y así se perdió la posibilidad de abrir el marcador.
El trabajo colectivo que desplegó Guaraní es digno de destacar, porque derrotó a un equipo sólido y que en ningún momento se desordenó.