Y porque en este pueblo y en esta naturaleza de primera clase no soportamos más mediocridad, hacemos la denuncia con toda fuerza.
Somos un pueblo que camina sin rumbo y sin un proyecto país, porque el rumbo lo marcan los intereses de enriquecimiento de los que gobiernan. Ni idea tienen los políticos de las palabras del Papa en el León Condou: Nuestra identidad tiene que ser “la Patria primero, luego mi negocio”.
Carecemos de candidatos idóneos y si nos descuidamos “vamos a tener más de lo mismo”.
Pero estos candidatos, que necesitamos, tienen que aflorar de la masa florida del pueblo como sus mejores frutos.
Y aquí viene el problema que no queremos reconocer. nuestro pueblo ha sido reducido por la pobreza y por el beneficio de los gobernantes a un Estado de ignorancia, ineptitud, apatía, temor, falta de ideales, en el que él es la primera víctima.
Todo esto se tapa con arengas engañosas, compra de personas, mentiras y amenazas.
Estamos encerrados en un círculo que hemos de romper. Y el único modo de hacerlo es la concienciación de los que estamos en este hermoso y rico Paraguay.
Y recuerden: Concienciar no es estar simplemente informados o saber mucho. Es otra cosa . Es abrir la vida a todas las consecuencias de lo que conocemos y esa concienciación crea alegría, fuerzas, inquietud, y su primera reacción es reaccionar. Al comienzo en solitario, luego organizadamente con otros.
Vamos a unir nuestras voces y gritemos públicamente por los medios de comunicación sociales, en casa y en el trabajo, cuando nos manifestemos: “No más décadas perdidas”.
Y en las elecciones, dejemos fuera a los culpables.