Por Elías Cabral
CURUGUATY
La Fiscalía cuenta con dos órdenes de desalojo contra campesinos que se encuentran acampados dentro de las 4.000 hectáreas en la estancia Pindó SA, en Naranjito, propiedad de la firma Perfecta SA, de la familia Bendlin, donde en la mañana del sábado se produjo la quema de 3 casas, un galpón y una camioneta. El Ministerio Público maneja la información de que los campesinos estarían dotados de una importante cantidad de armas, por lo que sería altamente peligroso llevar adelante un desalojo en dicha circunstancia.
El fiscal Lorenzo Lezcano, uno de los que manejan la carpeta de investigación referente a la primera ocupación de militantes de la Organización de Lucha por la Tierra (OLT), aseguró que todavía no se tiene una fecha específica para llevar adelante el procedimiento. “Vamos a reunirnos a ver cómo se encara ese tema”, indicó Lezcano.
El agente fiscal refirió que existen unos 300 campesinos diseminados en el monte, y que durante una incursión realizada con acompañamiento de una importante dotación de efectivos policiales en el mes de diciembre del año pasado, fueron repelidos a tiros teniendo que abandonar el inmueble por la peligrosidad.
Aseguró que los labriegos cuentan con 30 escopetas calibre 12 entre armas cortas calibre 32, 22, entre otros calibres y están preparados para cualquier intervención en el lugar, sumados a las 7 escopetas, 3 revólveres calibre 38 y 2 rifles Winchester que llevaron durante la quema del retiro. Recordó que el 12 de marzo pasado se tuvo que suspender el desalojo para el grupo de sintierras que ingresaron más recientemente al inmueble, justamente porque no había condiciones en el terreno.
Lezcano dijo que se ceñirá al protocolo de procedimiento conversando con los altos jefes policiales de manera a resolver la forma de llevar adelante el cumplimiento del mandato judicial, en tanto que el fiscal Néstor Alfredo Cañete cuenta en su unidad con la otra orden de desalojo contra los sintierras, quienes más recientemente ingresaron a ocupar otras 1.000 hectáreas en inmediaciones de la estancia Pindó SA. Lo que se teme es que ocurra un hecho similar a Curuguaty en el 2012, ocasión en que murieron 11 campesinos y 6 policías en un desalojo.
Algo de historia. Los campesinos sin tierras ya en el año 2013 establecieron un campamento permanente en la zona. Según investigaciones hechas por los propios campesinos, unas 2.000 hectáreas serían malhabidas, ya que en el año 1963 el dictador Alfredo Stroessner las había “regalado” a Enrique Bendlin. Supuestamente, Stroessner había cedido las tierras a Bendlin a cambio de un avión en desuso.