Dos amigos melómanos se encuentran en la calle y uno le dice al otro: "¿Vas a ir al concierto de Guns N’ Roses la próxima semana?”. Con gran pesar, el otro responde: “No creo, ya fui al de Metallica la semana pasada y además ya vi a Guns en el 2011. Mejor voy a esperar a Kiss, Def Leppard y AC/DC, que parece vienen a fin de año, si no se separan”.
Cualquiera pensaría que esta conversación se da en EEUU, Brasil o Argentina; pero no. Esta charla tuvo lugar en Asunción que lentamente se va consolidando como un importante anfiteatro para los grandes recitales de grandes referentes de la música mundial.
Hace cinco años, Paraguay era un puente más para los grupos o solistas, quienes preferían asegurar sus ingresos en los países vecinos. Algunos fanáticos paraguayos podían ir, pero la mayoría tenía que conformarse con ver los videos al día siguiente y comprar los álbumes. Asunción no estaba en el mapa musical de los artistas extranjeros.
Un lustro después, la cosa cambió y hasta nos damos el lujo de escoger a qué conciertos vamos a ir, como si fuera una normalidad para nosotros.
Es muy positivo que esa costumbre se vaya atornillando cada vez más. Por tal motivo, es importante proteger la reputación que Paraguay se ha ganado gracias a los últimos eventos.
Para lograr esto, se debe cuidar la industria musical, sobre la base de un trabajo coordinado, donde deben colaborar el Ministerio de Hacienda, la Senatur, el Ministerio Público y, obviamente, las productoras y organizadores. Más conciertos de calidad se traducen en más ingresos para el país. El turismo se potencia y eso se percibe claramente.
Según una reciente publicación de Globo de Brasil, cientos de brasileños prefieren venir a As
Aquí hay un gran mérito de mucha gente, empezando por las productoras que arriesgan bastante para traer a artistas de gran nivel. No es justo afirmar tajantemente que todos los organizadores solo buscan el lucro fácil y evadir impuestos, como señalaron algunas personas (incluso funcionarios de Hacienda), por el caso de las entradas de Metallica, que luego fue aclarado por la productora Garzia Group. Existen productoras y productoras. Algunas realmente trabajan bien y pudimos disfrutar de inolvidables veladas. Otras son ineficientes y se cancelan eventos en forma inexplicable.
Es coherente que el fisco fortalezca sus controles en los eventos musicales y combata la evasión; pero también es justo escuchar a los organizadores y trabajar ordenadamente.
Lo ideal sería que, así como Hacienda se mostró implacable en los últimos conciertos, también se ponga firme en la lucha contra la evasión de grandes empresas, contra la corrupción en entes públicos (planilleros), contra la piratería y el contrabando.
Paraguay se posicionó en un lugar envidiable dentro del escenario mundial. No se puede perder ese sitial por desprolijidades, no es momento de bajar el volumen.