“Les explicamos cuál es el alcance de ese tipo de situaciones primero, en relación al mercado; en segundo lugar, en relación al tema de precios; y en tercer lugar, cómo esto impacta en el empleo”, dijo a periodistas el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri.
Una delegación del Departamento de Agricultura de EE.UU. visitó esta semana Nicaragua y se reunió con representantes del Gobierno y del sector cárnico, que expresaron su preocupación por el acuerdo con Brasil, indicó Aguirre.
El acuerdo que abrirá las puertas del mercado de Estados Unidos a las carnes frescas y congeladas producidas en Brasil fue alcanzado el mes pasado en Washington después de 17 años de negociaciones entre ambos países.
Brasil es uno de los grandes exportadores de carne bovina del mundo y el año pasado ingresó por ese concepto unos 6.000 millones de dólares, más del doble de las exportaciones de todos los productos nicaragüenses.
Estados Unidos, uno de los mayores mercados del planeta, sólo adquiría carne bovina brasileña industrializada y mantenía vetado el ingreso de las frescas y congeladas, por cuestiones fitosanitarias que quedaron superadas con ese acuerdo firmado en julio pasado.
Según los cálculos del Gobierno brasileño, la exportación de carnes frescas y congeladas hacia Estados Unidos comenzará en un plazo de dos o tres meses y durante el próximo año generará ingresos adicionales de unos 1.000 millones de dólares.
La carne bovina es junto al café y el oro en bruto, los tres principales productos de exportación de Nicaragua, según cifras oficiales.