El jefe del gobierno ha ordenado que destinen dos compañías adicionales de Policía a la ciudad, cuya parte oriental Israel ocupó en 1967 y se anexionó en 1980 en una decisión no reconocida por la comunidad internacional.
También se reforzará la seguridad y la vigilancia en la carretera 443, escenario en el último mes de varios ataques de palestinos contra civiles y militares israelíes, y se estudiará la posibilidad de poner más cámaras e iluminación en todo su recorrido, informó la oficina de Netanyahu en un comunicado.
Las decisiones se han tomado en un encuentro del primer ministro esta mañana con, entre otros, el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, el de Seguridad Pública, Gilad Erdan, el titular de Inteligencia y Transporte, Yisrael Katz, la de Justicia, Ayelet Shaked, y el director de la Autoridad de Seguridad de Israel, Yoram Cohen, después de que la pasada semana Netanyahu anunciase que se tomarían medidas frente a los últimos ataques.
“La política es de cero tolerancia con los que tiran piedras y cero tolerancia con el terrorismo”, dijo el jefe del gobierno en la reunión.
También señaló que, dadas las dificultades legales de hacer frente a los menores que tiran piedras y bombas incendiarias, se deberán cambiar las órdenes de comportamiento de las fuerzas y se deberán imponer, por ley, sentencias mínimas.
El pasado julio el Parlamento israelí (Kneset) aprobó una enmienda que elevó hasta 20 años de prisión las penas para los jóvenes (en su inmensa mayoría palestinos) que agredan o arrojen piedras contra civiles y Fuerzas de Seguridad.
