Freddy Aguilera y Juan José Brull
ÑEEMBUCÚ
Tras la detención del intendente de la pequeña localidad de Laureles, Ñeembucú, Ygnacio Fretes Acosta, imputado por narcotráfico, la ciudad y todo el décimo segundo departamento pasa a ser famosa por su “mala fama” como la ruta de la marihuana que va a la Argentina y que –según fuentes– estaría moviendo 1 millón de dólares mensuales, ya que la policía misma está implicada al dar cobertura a los cargamentos que pasan fácilmente la frontera.
Los habitantes ya hablan de una zona liberada para el narcotráfico, ya que hasta las autoridades están involucradas en el negocio ilícito.
El último cargamento decomisado alcanzó 611 kilos, pero se cree que el total era de 1.500. Un solo cargamento mueve 1.000 millones de guaraníes solo para el tránsito, ya que al llegar a destino pasará a cotizar en dólares.
Los narcotraficantes utilizan todas las vías posibles en Ñeembucú para lograr su propósito de hacer llegar la mercancía hasta el lado argentino, sea esta por aire, tierra y agua.
“A diario vemos aterrizar y despegar pequeñas avionetas que utilizan las pistas clandestinas que traen la droga; todo se sabe por estos lugares. Y luego los llevan a las costas del Paraná para trasladarlos en lancha al vecino país”, explicaba un lugareño de Laureles.
Según los pobladores, existe una estancia cercana en un lugar llamado Takuruty, donde el dueño es un brasileño, que cuenta con capangas. Allí es frecuente el ascenso y descenso de máquinas que aparentemente traen marihuana; este sería uno de los financistas.
El último cargamento de 611 kilos de marihuana incautados bajó en una estancia ubicada en Ca’a Rogué, distrito de Laureles.
Fuentes de la investigación de este caso coinciden en que la droga que baja en avionetas proviene de San Pedro.
El tránsito del estupefaciente por tierra tiene varias rutas, pero la mayoría de las veces utilizan el trayecto ruta 1 Maríscal López, llegan a San Ignacio, en Misiones, donde toman el camino que conduce a Yabebyry y de esta ciudad pasan a Laureles. Estas dos localidades –una en Misiones y la otra en Ñeembucú– están conectadas por un puente.
Conexión. En su mayoría, las cargas van a parar en la ribera del río Paraná, donde el tráfico de drogas se hace por agua, principalmente en Cerrito, donde a lo largo de la costa existen varios improvisados muelles clandestinos, sitios de descarga de la mercancía y de alza en potentes lanchas para hacerla llegar a Yahapé y Valencia, del lado argentino.
Cerrito es el último pueblo del Departamento de Ñeembucú que se encuentra cerca de una localidad argentina. Está distante a 120 kilómetros de Pilar, la capital departamental, por donde también pasa la droga, pero en menor escala.
Por Pilar los cargamentos pasan por Desmochados, Villalbín, hasta llegar a Cerrito, pero también pueden optar por otras ciudades con costas sobre el Paraná.
Otros puntos. Paso de Patria, General José Eduvigis Díaz, Itacorá, Mayor Martínez son ciudades del departamento considerados de tránsito de la droga y donde se realizaron incautaciones de droga en las costas del Paraná.
Los sitios son muy distantes y las ciudades muy alejadas entre sí; sin embargo, son puntos fáciles para el tráfico, no solo de drogas, sino de ordeño de combustible, que es el pan de cada día de los lugareños que viven sobre la ribera del Paraná, negocio casi legal en esos lares.