18 abr. 2024

Naomi Klein

Por Guido Rodríguez Alcalá

Es una costumbre comentar los libros más importantes publicados dentro de cada año. Entre los más importantes del 2014 figuran dos.

Uno es el de Nicolás Piketty El capital en el siglo XXI, recientemente traducido al castellano y que pronto llegará al Paraguay, según informes. El otro es el de Naomi Klein, This Changes Everything, aún no traducido, según entiendo. Quizás este libro nos llegue antes en versión documental, como los dos anteriores de la autora: No Logo y La doctrina del shock.

No Logo apareció en el año 2000, cuando Klein tenía 30 años y se convirtió en un bestseller internacional, como La doctrina.

El mérito de la autora es el de anticiparse a los acontecimientos, ha dicho alguien y con motivo.

No Logo cuestionó el alcance y las ventajas de la globalización, que por entonces parecía prometer la paz y la prosperidad en todo el mundo; falsas expectativas.

La doctrina del shock (2007), en tanto, puso en evidencia el carácter autoritario del neoliberalismo, poco consecuente con su proclamado afán de libertad.

Las medidas neoliberales se impusieron en Chile con el golpe de Pinochet; en Rusia con el de Yeltsin y en China con la matanza de Tiannamen. Además, la obra anticipaba la crisis financiera de 2008 y sus consecuencias: más desigualdad como presunta solución de la crisis.

Pese a la crisis de 2008 y al descontento provocado por ella (Ocupar Wall Street, Indignados), el neoliberalismo sigue siendo el sistema económico imperante.

Ese sistema, que no ha dado la solución económica, tampoco dará solución a un problema aún más grave, el del cambio climático.

Antes que una solución, es el problema, afirma Klein.

Las últimas décadas, caracterizadas por la hegemonía liberal, son también las del máximo cambio climático, que ha significado mayores penurias para un mayor número de personas, y se convertirá en una amenaza mucho mayor si es que no se toman ciertas medidas necesarias a tiempo.

Básicamente, hay que cambiar las fuentes de energía fósiles (petróleo, gas, carbón) por energías alternativas (solar, eólica).

Esta no es una mera afirmación, sino que tiene suficiente respaldo científico.

Lo saben las grandes empresas petroleras, que subsidian ONGs que niegan la realidad del cambio climático, pero que toman seguros contra el cambio climático, y hacen planes para perforar pozos en la zona polar para cuando el hielo se haya derretido en algún tiempo más.

Lo saben los gobiernos, que prometen pero no cumplen.

Lo saben millones y millones de personas, que toman como una fatalidad algo que es producto de la acción humana; o de la inacción ciudadana, para verlo desde otro ángulo.

Sin embargo, la movilización cívica puede hacer algo para detener la destrucción del planeta y de sus habitantes.

En este sentido, This Changes Everything no es un libro pesimista, sino un llamado a la toma de conciencia y a la solidaridad. Algo comprensible en una hija y nieta de activistas políticos dotados de la visión cosmopolita de la mejor tradición judía.

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