La seguridad presidencial está a cargo de un contingente de entre 200 a 250 efectivos militares del Regimiento Escolta Presidencial, quienes están permanentemente en el sitio y hacen un control estricto de las personas que salen o ingresan en la residencia.
Como ejemplo, en la guardia ubicada sobre el acceso en la avenida Kubitschek están apostados alrededor de 4 efectivos que con antelación ya tienen en manos la lista y los nombres de cada una de las personas que tienen la autorización de ingresar.
Los ministros, asesores políticos y el vicepresidente de la República generalmente ingresan directamente pero los dirigentes políticos pasan por un filtro. Con antelación, los guardias ya tienen en una carpeta los nombres de las personas que llegan hasta el portón. Luego de anotar su número de cédula, se hace una última consulta a través del walkie-talkie para dar luz verde a seguir camino hasta el despacho de reuniones.
La misma rigurosidad se hace en el acceso ubicado hacia la calle Acá Carayá.
Tras el ingreso a Mburuvicha Róga de Rubén Sánchez Garcete, alias Chicharõ, el pasado viernes, se culpó a la falla del sistema de control.
El comandante del Escolta Presidencial, coronel Eulogio Ortega, se excusó ayer en responder y simplemente señaló que las personas autorizadas ya hablaron de lo sucedido.