Unos 144 millones de brasileños están llamados a las urnas el domingo día 2 para renovar sus alcaldías, aunque los analistas dan por descontado que en buena parte de las grandes capitales, en especial en São Paulo –el corazón financiero de Brasil– y Río de Janeiro, será necesario acudir a una segunda vuelta, el 30 de octubre. Cerca de 475.000 candidatos de más de 35 partidos optan a alcaldías, vicealcaldías y concejalías en 5.568 municipios de todo el país, con excepción de la capital, Brasilia, que por su condición de distrito federal no tiene alcalde sino gobernador, y de la isla de Fernando de Noronha, que depende de la ciudad de Recife. La convocatoria adquiere una especial relevancia porque será la primera cita con las urnas tras la destitución, de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), por supuestas maniobras para maquillar las cuentas públicas. El PT acude a estas elecciones con el desafío de mantener su presencia en las grandes ciudades, aunque fuentes del partido admiten que la formación atraviesa por sus momentos más bajos y dan por perdidas ya plazas importantes como São Paulo. efe