Dávalos, según explicaron los uniformados, llegó con una manta y un colchón. Dijo que prefería dormir en el lugar por su tranquilidad.
Afirmó que su ex pareja, Reinaldo Ozuna, le envía amenazas a través del WhatsApp y que teme por su vida.
El hombre ya fue denunciado por violencia intrafamiliar. Entonces, Dávalos presentó como prueba unas fotografías donde tenía el rostro desfigurado, aparentemente por los golpes recibidos.
Luego de eso, Ozuna contaba con prohibición de acercarse al domicilio de su ex pareja, pero esto, según ella, no se cumplía. El caso está siendo investigado por el fiscal Miguel Alvarenga.
La mujer, finalmente, no pudo quedarse en la sede policial, como lo había pensado, ya que el edificio no contaba con un sitio donde se pueda alojar, según confirmó la suboficial Miriam Sosa.
Informaron de lo sucedido al Ministerio de la Mujer, cuyos funcionarios llegaron y trasladaron a la denunciante a un refugio. (E.M.)