Tras una prospección más detenida, verificaron un asentamiento de xilófagos (kupi’i), que consumen madera, sobre los arcos de la bóveda falsa que sostenía el cielorraso y una enorme cantidad de excremento de murciélago sobrecargando toda la estructura.
“El MOPC comunicó a la Secretaría Nacional de Cultura que según lo observado desde las ventanas de prospección, el sistema estructural y las piezas componentes del cielorraso de la Sacristía, se encontraban en estado de colapso inminente y que los trabajos necesarios para salvaguardar el bien se realizarían de forma urgente y posteriormente se homologarían, a través de un Convenio Modificatorio”, señaló el arquitecto Ricardo Riego, director de Obras Públicas del MOPC.
Pobladores de dicha localidad aguardan que los trabajos para retomar la restauración del templo puedan ya concretarse pues dichas piezas que fueron desmontadas se encuentran hace un año y siete meses en un rincón con peligro a ser deterioradas, según la comisión Prorestauración. Asimismo, señalan oponerse a la adjudicación para Caraguatay SA, actual oferente, ya que formaba parte del consorcio separado de la obra, junto con la firma hoy sancionada IBC.