Al final de su homilía, el sacerdote pidió a los feligreses clamar al Señor Jesús por la libertad de aquellos que se sienten esclavizados por el mal, por las familias necesitadas, por las personas que luchan por una justicia que les dé garantía por su inocencia y que todavía están en espera.
Se refirió además al joven de Paso Tujá, distrito de Azotey, Arlan Fick, quien cumple hoy 18 días en cautiverio, en manos del grupo armado autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo.
“Oramos por las personas secuestradas en el pasado, por el joven que está esperando por su día de Pascua, que rompa las cadenas de los corazones endurecidos y que no permiten que la luz del resucitado llegue hasta ellos”, expresó Cuquejo.
Finalmente, Monseñor Cuquejo recomendó que las felicitaciones de este Domingo de Pascua esté cargada de sencillez, fe y amor. “Que Jesús resucitado sea un evangelio vivo en nuestras vidas todos los días”.
Como cada año, la Catedral se colmó de feligreses católicos que llegaron para escuchar la Misa de Pascua, en su mayoría en familia.
