“La gente común se ha convertido en soldados contra la corrupción y el dinero negro”, dijo el primer ministro indio en la presentación en el Parlamento de un libro con motivo del Día de la Constitución india, que se celebra mañana.
Modi salió de nuevo a defender una decisión que busca acabar con el dinero negro pero que ha provocado largas colas y minado la liquidez en bancos y comercios.
El Gobierno difundió ayer una encuesta con un supuesto apoyo del 93% a sus medidas, algo que ha sido rechazado enfáticamente por la oposición.
Mientras tanto, el Ejecutivo sigue ajustando la decisión y desde hoy ya no se podrá cambiar en las ventanillas de cualquier banco las 2.000 rupias (26 euros) como hasta ahora se permitía, restringiendo únicamente esa opción al Banco Reserva (central) y al ingreso en cuentas bancarias.
La nueva restricción está dirigida a animar a los ciudadanos a abrir cuentas bancarias y depositar el dinero en las mismas en un país en el que gran parte de los 1.200 millones de indios no están bancarizados.
La oposición india ha criticado duramente la desmonetización de Modi por su supuesta improvisación y falta de previsión en la retirada de circulación de los billetes de 500 y 1.000 rupias (alrededor de 6,5 y 13 euros, respectivamente) y ha convocado una protesta nacional para el próximo 28 de noviembre.
El pasado 8 de noviembre, Modi anunció por sorpresa la salida de circulación a la medianoche de ese mismo día de los billetes de más alto valor en una decisión para luchar contra el dinero negro y las actividades ilegales.
Desde entonces el Gobierno ha venido haciendo reiterados ajustes, desde la duración de las viejas denominaciones para algunos casos especiales, a las excepciones a colectivos como granjeros que necesitan el efectivo o la cantidad de dinero que se puede sacar de los cajeros automáticos a diario y que en este momento es de 2.500 rupias (34 euros).
