"(Los señalamientos) los rechazamos categóricamente en todas sus partes por alejarse de la realidad”, dijo Reverol durante una comparecencia ante medios de comunicación, en Caracas.
Calificó estos señalamientos como “infundados, malintencionados, temerarios y tendenciosamente políticos” que, afirmó, “pretenden utilizarlos como arma política para continuar en su afán desestabilizador y quebrar la moral de nuestro líderes militares, así como de nuestros líderes de la revolución bolivariana”.
Sobre la acusación, dijo que le llamaba la atención que haya sido publicada en la página web del departamento de Justicia de EE.UU. y que se hiciera pública un día antes de su designación como ministro de Interior.
“Nos llama la atención que un día antes de designarme ministro de Interior y Justicia publican de manera tendenciosa estos señalamientos, pareciera que influenciados por factores exógenos y endógenos de evitar a toda costa la designación ya tomada por nuestro presidente Nicolás Maduro”, expresó.
Según los detalles ofrecidos por EE.UU., Reverol y Edylberto Molina, quienes fueran director y subdirector de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) de Venezuela respectivamente, cobraron por alertar a los narcotraficantes de futuras redadas o por detener ciertas investigaciones para que pudiesen seguir operando.
El Gobierno venezolano ha expresado “su más profundo rechazo” ante estos señalamientos que han calificado de “terrorismo judicial y policial”.
Tras acusar a la oficina antidrogas estadounidense DEA de actuar como un cartel más y a sus agentes de dedicarse simultáneamente al espionaje político, el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, puso fin el 8 de agosto de 2005 al acuerdo que facultaba a esa instancia a comandar la lucha contra la droga en el país suramericano.
Desde entonces y hasta 2015, mediante los oficios de la ONA, las autoridades venezolanas incautaron 557,74 toneladas de droga y capturaron a 110 capos del narcotráfico, según cálculos del Gobierno.
