MADRID - ESPAÑA
Mientras el número de milmillonarios con fortunas de más de 1.000 millones de dólares se duplicó en el mundo desde que se desencadenó la crisis en 2008, las desigualdades se dispararon, según un informe de la ONG Oxfam.
La tendencia de creciente desigualdad podría hacer retroceder décadas la lucha contra la pobreza, según se advierte en el informe que será presentado mundialmente en Madrid hoy por la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Winnie Byanyima, y el director general de Oxfam Intermón, José María Vera, y del que la ONG adelantó ayer algunos de los datos relevantes. Bajo el título Iguales: Acabemos con la desigualdad extrema. Es hora de cambiar las reglas, el informe denuncia que millones de personas viven en extrema pobreza y “mueren debido a la falta de servicios sanitarios básicos y millones de niños y niñas no pueden ir a la escuela”.
85 personas. Al mismo tiempo, “una pequeña élite posee más dinero del que jamás podrá gastar en su vida”. Entre 2013 y 2014, la riqueza de las 85 personas más acaudaladas del mundo –que poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población del planeta– aumentó en 668 millones de dólares al día, lo que equivale a casi medio millón de dólares cada minuto, señala el informe. “La desigualdad socava el crecimiento, corrompe la política, limita las oportunidades y alimenta la inestabilidad mientras exacerba la discriminación, especialmente hacia las mujeres”, destacó Byanyima.
“Desde el FMI hasta el papa Francisco, pasando por el presidente (de EEUU) Barack Obama y el Foro Económico Mundial, existe cada vez un mayor consenso en torno a la idea de que la desigualdad es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y que no combatirla resulta perjudicial tanto a nivel económico como social y a pesar de eso se tomaron escasas medidas para combatirla”, según la ONG.
mayor contribución. Con el informe, Oxfam lanza una nueva campaña para exigir a los líderes mundiales que conviertan sus palabras en hechos y adopten medidas para frenar la evasión y la elusión fiscal por parte de grandes empresas y las personas más adineradas, que deben contribuir de forma justa a las arcas de los Estados para que los países puedan combatir la desigualdad y construir sociedades más justas. Sugiere que con un impuesto anual de 1,5% sobre las grandes fortunas de todo el mundo se garantizaría que todos los niños y niñas del mundo pudieran ir a la escuela, así como la provisión de servicios sanitarios básicos en los países más pobres.
Y es que cada año 100 millones de personas en todo el mundo se ven sumidas en la pobreza por tener que pagar para recibir asistencia médica, mientras que si las 3 personas más ricas del mundo gastaran un millón de dólares al día cada una, les llevaría 200 años gastar todo su dinero, de acuerdo con el informe.