En las últimas horas, centenares de personas y un gran número de vehículos se han amontonado en la zona fronteriza para hacer cola y coger un ferri en la localidad senegalesa de Barra que les llevará a Banjul, la capital gambiana.
Antes de partir hacia Gambia, algunas personas mostraron ante la televisión senegalesa su alegría por poder vivir en su país sin Yahya Jammeh, y lamentaron “el clima de terror” instaurado durante su mandato.
“Por fin vamos a poder vivir tranquilamente sin miedo a ser detenidos o sufrir persecuciones por parte de los servicios de seguridad sin ningún motivo”, comentó una gambiana que se disponía a coger el ferri para volver a la ciudad de Serekunda, donde vive con su familia.
“Ahora regresamos a casa a salvo gracias a Alá, que nos ha salvado de una guerra”, comentó otra mujer que, acompañada con su hija, se dirigía a Banjul.
En las últimas semanas, al menos 45.000 personas habían huido de Gambia y buscado refugio en Senegal en medio de la incertidumbre política generada por la negativa de Jammeh a aceptar su derrota electoral y abandonar el poder.
Ahora, los gambianos empiezan a regresar después de que el sábado por la noche Jammeh abandonara el país con destino a Guinea Ecuatorial -país que le ha ofrecido asilo- tras ceder a las presiones diplomáticas y la amenaza de intervención militar de un bloque de países de África Occidental.
Sin Jammeh, los gambianos esperan poder restablecer la democracia con su nuevo presidente, Adama Barrow, que todavía sigue refugiado en Senegal y se espera que regrese a Gambia en los próximos días.