Familias, grupos de amigos, parejas o caminante solitarios salieron desde Asunción y de otras ciudades del área metropolitana rumbo a Caacupé en un peregrinaje que muchas veces obedece al cumplimiento de una promesa, y otras a asegurarse un buen lugar cerca de la Basílica el jueves, cuando la ciudad estará colapsada de gente.
Ya desde la mañana se observaban en las afueras de Asunción numerosos grupos caminando en dirección a la localidad mariana, y se espera que la cifra se incremente durante la tarde y la noche, aunque las precisiones meteorológicas anuncian lluvias en la zona.
Construido en 1770, el santuario de Caacupé fue elevado a Basílica Menor en julio del año pasado, con motivo de la visita a ese lugar del papa Francisco.
La tradicional peregrinación hasta la Basílica es cada año un evento multitudinario que se vive con fervor religioso en un país mayoritariamente católico.
La misa mayor congrega a miles de personas y a las principales autoridades del país, aunque este año el presidente paraguayo, Horacio Cartes, no asistirá al encontrarse en una cumbre internacional en París.
Hasta el momento han sido atendidos más de 5.000 personas en la cobertura sanitaria especial programada para el encuentro religioso, según informó el Ministerio de Salud Pública.
La peregrinación por la Virgen de Caacupé es una de las celebraciones marianas más grandes de América Latina.