En una rueda de prensa en la capital mexicana, el intérprete habló de su música, de sus tres nominaciones a los premios Grammy Latino, de política y hasta de su familia.
Sobre las nominaciones en las categorías mejor álbum del año y mejor álbum vocal contemporáneo, así como de grabación por el sencillo “Encanto”, dijo que si gana en la gala del próximo 19 de noviembre en Las Vegas estará “feliz” porque “‘Amo’ se lo merece”.
Es un álbum muy sólido” y “trabajado”, en el que propone “cosas muy nuevas tanto a nivel sónico como tecnológico y también melódico”, dijo.
Además, tiene “unos textos muy contundentes, muy directos, una poética muy madura (...). Es un paso más allá de lo que he hecho hasta ahora”, resumió.
Bosé también habló de sus cuatro hijos y confesó que los dos primeros fueron una “tortura” porque el 90 % del tiempo estaba en el continente americano por motivos de trabajo y la “pasaba mal”, separado de ellos, quienes también sufrían su ausencia.
Por ello, dijo, tomó la decisión hace tiempo de mudarse con sus cuatro hijos a Panamá, un lugar muy ubicado y conectado con el resto del continente y del mundo, lo que le permitió “ganar en calidad familiar” porque las distancias no son tan largas.
“Estoy mucho más cerca y eso no tiene precio”, desde que decidió tener este proyecto, “que después de la música es el más importante de mi vida”, apuntó tras bromear con que es “un poco papá abuelo”.
Sobre sus próximos conciertos en México prometió un espectáculo de producción “grandiosa” y “mágica”, y dijo que en el escenario predominará el color blanco, la limpieza y la elegancia.
El cierre de “Amo Tour” en México, después de las presentaciones de mayo pasado, incluye conciertos en la capital y en los estados de Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, Veracruz y Tabasco hasta el próximo 21 de octubre.
Además de las canciones de “Amo”, el espectáculo de más de dos horas de duración incluirá algunos de sus éxitos.
Bosé también se refirió a los problemas que enfrentan España y otros países europeos, como la corrupción y la pobreza, frente a una América Latina en “expansión” cuyas naciones, con algunas reestructuraciones, “van a volar” en unos años.
