“Es la tercera vez que me asaltan en el mismo lugar. Esta vez con mis hijos, uno de ellos quiso reaccionar y le atajé porque el asaltante le podía disparar, les pedí que entregaran todo lo que tenían”, relata don Roberto Torres, primera víctima del asalto casi en simultáneo sucedido en el barrio Yvotyty de Luque, en donde asesinaron a un taxista.
Torres junto a sus hijos Cristóbal y Erik fueron los primeros en ser violentamente asaltados en la madrugada del pasado lunes, en el barrio de la compañía Marín Ka’aguy.
“Yo le miré la cara a uno de los motochorros (Juan Ramón Benítez) y con rabia se acerca y me golpea en la cara; el otro (Adolfo Melo Larrea) nos apuntaba con el arma de fuego”, señala la víctima al asegurar que los motochorros estaban drogados.
Don Torres contó que uno de sus hijos intentó reaccionar contra el asaltante, pero lo atajó ya que los motochorros estaban decididos a atacar a balazos si estaba en riesgo la sustracción violenta.
En medio del nerviosismo, una de las víctimas dejó caer un teléfono celular en el suelo y eso enfadó también al motochorro. “Yo siempre les pido a mis hijos que entreguen sus pertenencias en caso de ser asaltados. Que den todo porque lo material se puede recuperar, la vida no”, reflexionó ayer en una conversación con nuestro diario.
Torres trabaja en el Palacio de Justicia en el área de mantenimiento y carpintería. En la madrugada del asalto, fueron despojados de sus teléfonos celulares, billeteras y una mochila en cuyo interior había un taladro eléctrico, según el afectado.
Luego del despojo de las tres víctimas, los motochorros se alejaron, pero a unos 20 metros atacaron a Carlos Riquelme Galeano (49), taxista, y a su esposa Digna Larriera (42), quienes iban a su lugar de trabajo. La mujer pidió a su marido retroceder, pero no hubo tiempo y fueron despojados de sus teléfonos a punta de pistola. La pareja ya fue asaltada en el mismo sitio meses atrás y por ese motivo el taxista portaba un arma.
El mismo se enfrentó con los asaltantes, pero fue muerto de tres balazos. Al caer al suelo, el autor del disparo se dirige junto a él y tras despojarle de su arma, le hirió de bala nuevamente. Los dos autores confesos inicialmente negaron, pero las víctimas los reconocieron.